El PSOE en Aragón está en pleno proceso de renovación de su acción política tras la reelección a finales del pasado año del presidente de la DGA, Javier Lambán, como secretario general autonómico. El 10 de febrero Juan Antonio Sánchez Quero -presidente de la DPZ- será designado líder autonomico en Zaragoza en un congreso para el que no se han presentado más candidatos.

-¿Cómo valora ser elegido secretario general del PSOE en la provincia de Zaragoza en un congreso sin alternativas?

-Ha sido la militancia la que ha decidido evitar una nueva confrontación en primarias, y creo que ha sido una decisión colectiva acertada para, en vez de desgastarnos en otras elecciones internas, centrarnos en armar un proyecto de partido reforzado. Y, por cierto, sí que ha habido alternativas, todas las que desde la militancia se hubieran querido postular. De hecho, surgió una precandidatura que se formalizó como tal, pero que no prosperó por no haber conseguido los avales necesarios para concurrir a unas primarias. Al final han sido las bases del partido las que han decidido, las que han apostado por una opción amplísimamente mayoritaria, y valoro esa confianza que han depositado en mí con tremendo respeto y responsabilidad.

-¿Va a tener contacto con la candidatura que no logró los avales suficientes?

-Voy a ser el secretario general de todos los socialistas zaragozanos y, en ese sentido, me ratifico en el compromiso que ya adquirí públicamente cuando anuncié mi candidatura: estoy decidido a tener en cuenta todas las sensibilidades del PSOE en la provincia de Zaragoza, para tejer un proyecto sólido, solvente y al servicio de la ciudadanía. Toda aportación será válida en este trabajo, no solo dentro del PSOE sino abriendo también el partido a pie de calle, a la sociedad en general.

-El alcalde de Boquiñeni, Miguel Ángel Sanjuán, ha manifestado su deseo de aglutinar al sector crítico. ¿Teme que en un futuro podría crecer esta vertiente?

-Prefiero hablar de unir que especular con divisiones a futuro que, sinceramente, creo que están fuera de lugar en el PSOE, que no voy a alimentar y que no son lo que los ciudadanos quieren de nosotros. Insisto, la tarea que me comprometo a liderar es la de unir, fortalecer nuestro proyecto y ponerlo al servicio de la ciudadanía. Contrastaremos ideas y propuestas en esa dirección, por supuesto. La discrepancia no solo es legítima, sino que resulta enriquecedora cuando se administra con lealtad. Pero no voy a especular, alimentar o consentir luchas internas basadas en aventuras personales que pongan en peligro el partido y el proyecto con el que debe presentarse ante la ciudadanía.

-Aún es necesario que se celebre el congreso, pero ¿qué propuestas tiene?

-Por respeto a la militancia, permítame que no entre en detalles concretos al respecto y que desgrane esos planteamientos precisamente cuando presente la ponencia ante el congreso provincial del PSOE. En cualquier caso, hay un objetivo esencial: reforzar un proyecto de partido que responda a los grandes retos de nuestro territorio, entre los que destacan la lucha contra la despoblación rural y fomentar un desarrollo económico y laboral más justo, mejor repartido y más equilibrado.

-¿Teme que en los ayuntamientos más pequeños puedan implantarse fuerzas que hasta ahora han tenido más implantación en el ámbito urbano como auguran las encuestas?

-Nunca hay que tener miedo a confrontar alternativas, lo que hay que ser es solvente para conectar con el ciudadano, con sus preocupaciones, con sus problemas, y resolverlos con eficacia, solvencia y honradez. Los alcaldes y concejales del PSOE en esta provincia llevan décadas demostrándolo, y ese es nuestro mejor aval, nuestra experiencia contrastada a pie de calle. Otros quizás quieran hacer de los pueblos un instrumento para ganar poder en las ciudades. Nosotros preferimos articular un proyecto real, en contacto directo y permanente con los ciudadanos. A partir de ahí, que el votante elija.

-¿Han decidido ya cómo abordarán la creación de una estructura para la ciudad de Zaragoza?

-El reto en Zaragoza ciudad no es cómo repartirse el poder del partido, sino cómo articular un proyecto ganador que recupere el espacio electoral que hemos perdido, que recupere a los ciudadanos que hace años confiaban en el PSOE y que han dejado de apostar por nuestro partido. Lo demás son cuestiones menores que no deben hacernos perder la perspectiva del auténtico reto al que se enfrenta el PSOE en Zaragoza y ante los zaragozanos.

-Las voces críticas en el PSOE siempre suelen surgir en las agrupaciones locales de la capital, ¿cómo pretende abordar este descontento?

-Escuchando, por supuesto, y buscando modelos organizativos lo más eficaces y plurales posibles, pero supeditados a una tarea común, imprescindible y prioritaria: trabajar por el interés colectivo, por el proyecto de partido y, ante todo, por y para los ciudadanos. Enredarnos en críticas internas es una tarea estéril que la ciudadanía castiga y que yo no voy a fomentar. Tengámoslo todos claro: aquí estamos para servir a la ciudadanía a través del partido, no para hacer del partido un campo de batalla de intereses particulares.