Las embarazadas reclaman cada vez una mayor participación y toma de decisiones durante su gestación. Ayer, el hospital Miguel Servet acogió ayer una jornada de intercambio de experiencias entre profesionales de la Enfermería y pacientes. Sonia Gregorio es enfermera, matrona y supervisora de la Unidad de Cuidados de Alto Riesgo del hospital.

—¿A qué problemas se enfrentan durante el embarazo?

—Los más habituales son los relacionados con la hipertensión durante la gestación, tanto en la madre como en el bebé, porque le puede interferir en su crecimiento. También casos de diabetes gestacional, problemas hepáticos o en el crecimiento del bebe sin que haya patología como tal. También se da la rotura de la bolsa de forma prematura o las amenazas de parto prematuro.

—¿Ha cambiado la atención a la embarazada por una cuestión social y cultural?

—Sí, el cambio sociocultural se nota. Por un lado, las mujeres occidentales han retrasado la edad de su primera gestación (más de los 30 años) y, a más edad, se pueden dar más problemas. Por su parte, las pacientes de otras etnias tienen hijos a edades más tempranas (antes de los 30 o de los 20 años incluso) y ahí tenemos un problema de barrera idiomática. No puedes comunicarte bien con ellas y hemos tenido que hacer cursos para esto. Culturalmente, el embarazado está muy vinculado a las raíces, a unas costumbres.

—Ha cambiado su atención, pero ellas ¿qué demandan?

—Las mujeres son cada vez participativas en el proceso de gestación y en el nacimiento de su hijo, se tienen más en cuenta sus deseos y se respetan siempre que no suponga ningún riesgo. Cada vez piden más acompañamiento y desde Atención Primaria las matronas les hacen un seguimiento en su gestación. Además, muestras más sus temores, sus incertidumbres, sus dudas cuando hay problemas en la gestación.

—¿La mujer se siente más libre?

—Sí, hay menos miedo al que dirán o a verbalizar las situaciones. Cada embarazo es único, pertenece a esa mujer y lo vive de una forma diferente. Por muchas opiniones que tengamos del entorno, cada caso es diferente.

—También abordan la fase de duelo cuando fallece un bebé y la comunicación a la madre.

—Es algo terrible.

—¿Cómo se preparan para eso?

—Como profesional sabes que siempre habrá una primera vez, que te tocará algún caso, y entre compañeros nos ayudamos, especialmente cuando llega alguien nuevo. Personalmente es duro siempre tener que comunicar a una madre que ha perdido el bebé. A muchas parejas ni se les pasa por la cabeza que pueda suceder y el golpe es duro porque esperas una vida y te encuentras con lo contrario. Psicológicamente se les da ayuda y se les ofrece servicio en Atención Primaria.