La asociación profesional de empresas de limpieza (Aspel) ha aceptado el arbitraje voluntario ofrecido por la consejería de Sanidad la pasada semana. No así los sindicatos que representan a las trabajadoras del sector, que rechazaron la oferta del departamento, cuyo titular, Ricardo Oliván, admitió ayer que todavía no ha recibido respuesta por escrito de los portavoces del personal.

Oliván reiteró ayer que ha propuesto a las partes someterse al arbitraje al estar "enquistada" la negociación y no haber avances en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) y que no puede obligar a las partes a que acepten esa alternativa porque es voluntaria.

En este caso, la Administración designa un mediador, de común acuerdo con las partes, y este es el que da la razón a una de las dos. Con una salvedad, los implicados en el conflicto deben acatar el fallo del árbitro.

Pero los sindicatos no están por la labor. "No queremos que un tercero decida lo que durante 36 días hemos estado defendiendo y que eche una moneda al aire y luego puedan salir los derechos que sean que no tengan nada que ver con lo que hemos estado reclamando", indicaron ayer Mariano Álvarez, de CCOO, y Esteban Lauroba, de UGT.

HASTA EL FINAL Por eso, los representantes de los trabajadores, que aseguraron estar dispuestos a llegar "hasta el final", abogan por "seguir con las movilizaciones para forzar al Salud a cambiar su actitud". De hecho, criticaron la actitud del consejero, Ricardo Oliván, desde que se originó el conflicto. "Ha demostrado no tener ni idea del conflicto porque se refirió a dos o tres diferencias entre nuestras propuestas y las de la patronal, cuando en realidad son 19", apuntaron los sindicatos, que, a su vez, la reclamaron que deje "margen de maniobra a las empresas para que podamos llegar a un acuerdo y dejen de mostrarse neutrales".

Mientras, dos personas --Ángel Hidalgo y José Luis Martínez-- continúan en huelga de hambre, medida que iniciaron hace más de tres semanas, en solidaridad con los empleados de limpieza. Sin embargo, la trabajadora Ana Mayayo, que ya abandonó esa postura de fuerza hace varios días, anunció que "lo más posible es que ellos también la dejen dentro de unos días por una cuestión de salud".