Los vecinos de Sangüesa, la localidad navarra de más de 5.000 habitantes situada aguas abajo del embalse de Yesa, "siguen preocupados". Así lo manifestó ayer el alcalde de la población, Ángel Novallas, que subrayó que "la realidad es testaruda" y demuestra una vez tras otra que, pese a la insistencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro en seguir adelante con el recrecimiento del pantano, se producen problemas en cadena por la configuración geológica de la ladera derecha. "La situación no ha cambiado", explicó el primer edil, que se refirió a que hace ya medio siglo que planea sobre Sangüesa el riesgo que supone tener aguas arriba un embalse de gran capacidad que, además, se está sometiendo a un recrecimiento. Novallas se mostró partidario de que sean los técnicos independientes y de la Administración quienes realicen una valoración de la situación que se abre con las nuevas grietas y derrumbes que se están registrando en la ladera derecha.