-¿Ha cerrado ya con Gimeno las líneas del próximo presupuesto, si es que lo hay?

-Las líneas maestras del presupuesto se cerraron en mayo del 2015, con nuestros programas electorales, consistentes en recuperar el desguace del Estado del bienestar que hizo la derecha y reforzar a tope las políticas sociales. Llegamos a acuerdos de investidura para hacer políticas de Justicia social y esas son las líneas. En Aragón somos un oasis de mayoría de izquierdas ante los vientos ultraliberales que llegan de todas partes.

-Pero a su Consejería, ¿le toca ya un aumento para inversión?

-Nosotros gestionamos un ámbito fundamental de los derechos sociales que es el derecho a la vivienda, básico para poder disfrutar de otros derechos. Hicimos un esfuerzo presupuestario muy importante para reforzar las políticas de vivienda. Pero además somos corresponsables de toda la acción del Gobierno. Yo no quiero lo que siempre se ha vivido en Aragón, un Gobierno dentro de otro Gobierno, yo asumo lo bueno y también lo malo. Un kilómetro de carretera puede esperar un año, pero las personas no. La prioridad estaba clara.

-¿Habrá presupuestos?

-O hay presupuestos pactados por la izquierda o no habrá. En ningún caso habrá pacto con la derecha, eso no es más que un bulo que lanza Echenique, una mentira. La prórroga presupuestaria dilatada en el tiempo supone que no se podrán desarrollar políticas sociales. La posición de Podemos es incomprensible y además es incongruente. No se puede entender que Podemos esté haciendo campaña sobre una ley que hemos aprobado en las Cortes contra la probreza energética y a la vez se niegue a sentarse para poner en marcha unos presupuestos que van a luchar contra esa pobreza. No se puede ser de izquierdas de boquilla. Hay que serlo con todas las consecuencias. No se puede estar continuamente en plena campaña electoral. Ahora hay que gobernar, y la oposición impulsar y controlar al Gobierno. Podemos prefiere alinearse con el PP, pero lo más grave es que están incumpliendo un pacto suscrito por toda la izquierda. Y los pactos están para cumplirse.

-¿No pecaron de ingenuos con ese pacto? La única evidencia es que se dio la presidencia de las Cortes a Podemos por nada.

-No podemos instalarnos en la desconfianza. Insisto, tenemos la gran oportunidad de una mayoría de izquierdas. A Violeta Barba no la han sentado ahí los ciudadanos, sino los votos de PSOE, CHA e IU por un pacto que se está incumpliendo. Así es muy difí- cil que se mantenga en la Presidencia. Hay que hablar. Con IU se puede. Con Podemos, no.

-Por tanto, todo indica que la prórroga es una realidad...

-Es evidente que la habrá, pero no es lo mismo que la haya solo unos meses a que se prolongue en el tiempo. Con la prórroga se puede pagar la luz, las nóminas y poco más. Si hay prórroga, no podremos hacer ninguna infraestructura de Sanidad y de Educación, no habrá renta social básica, ni se podrá luchar contra la pobreza energética. En nuestro Departamento, no podríamos mantener la bolsa de alquiler social para pisos que ya están ocupados. No quiero ni imaginarme esa situación. Con la prórroga no tendríamos convenios con las concesionarias de la AP-2 y la AP- 68 para bonificar el peaje y empujaríamos a la carretera a turismos y vehículos pesados que conseguimos que ahora vayan por la autopista. Eso implicaría un riesgo terrible de seguridad vial...

-¿Está influyendo la política estatal demasiado en la aragonesa?

-La política estatal no puede condicionar la política aragonesa, y está sucediendo. Podemos sigue una estrategia dictada desde Madrid en perjuicio de la ciudadanía. En CHA generó un tremendo malestar la abstención del PSOE que facilitó un Gobierno del PP. Pero no podía ser que nuestro enfado impidiera desarrollar políticas de izquierdas en Aragón o dar la DGA a la derecha. Por eso, lo que está haciendo Podemos es una falta de respeto.

-¿Cuánto ha influido su posición aragonesista en el Pignatelli?

--Esto demuestra la eficacia de la presencia de CHA en el Gobierno. Me siento orgulloso de un Gobierno que por primera vez recurre que el Estado no cumple el Estatuto. O que exigimos con fuerza la bilateralidad. Estoy seguro de que nuestra presencia tiene un peso fundamental para este giro aragonesista dado por Lambán.

-¿Realmente veremos el Canfranc abierto en el 2020?

-Estamos más cerca que nunca de llenar de vida, de ciudadanos, la explanada de Arañones. Eso va a ser una realidad. Respecto a la reapertura, depende de España y Francia. Nunca habíamos estado tan cerca. Aragón y Aquitania hemos sumado a los Gobiernos centrales y a los gestores de la vía que nos permitirá elaborar un dossier que nos aportará financiación para acometer las infraestructuras. Tenemos que ser muy prudentes, pero conscientes de que esta vez va en serio. Además, Europa también apoya este proyecto.

-¿Y el convenio con Renfe? Preocupa pensar que lo tendrá que asumir todo Aragón...

-Hemos actuado con mucha lealtad institucional y hemos pagado la deuda del anterior Gobierno, 9 millones. Nos dimos un año para ver qué servicios se prestan, más allá de quién pagaba. Con el Gobierno en funciones no se po-día avanzar y ahora espero hacerlo pronto.

-¿Se mejorarán las Cercanías?

-Tenemos que mejorar las Cercanías y actuar en el túnel de Goya si es posible técnicamente, así como apostar por la tarifa única. Por primera vez se incluyen en el consorcio de transporte directrices sobre el Cercanías y tenemos claro que el futuro es un tren-tram, que es un vehículo que actúa como tranvía en zonas urbanas y como ferrocarril en las interurbanas.

-¿Cómo va la Ley de Capitalidad? ¿Atascada como todas las legislaturas?

-Dentro del Ayuntamiento de Zaragoza hay interlocutores con los que se avanza mucho y hay otros con los que se echa para atrás todo lo que se ha avanzado.

-¿Por ejemplo?

-Con el área de Alcaldía se ha avanzado mucho y hemos retrocedido mucho. A veces dudo de que el Ayuntamiento de Zaragoza quiera llegar a un acuerdo. Un acuerdo que es imprescindible, porque la mitad de los aragoneses vivimos en Zaragoza y tenemos el derecho a que se nos defina competencialmente y tengamos capacidad financiera. Como consejero de Vertebración también me preocupa mucho dar respuesta a su área metropolitana, que en gran parte es tan rural como cualquier otra comarca. Tendremos que acordar la fórmula jurídica, y quizá no sea la comarca, sino un área metropolitana con sus especifidades.

-¿Se están cumpliendo las expectativas en CHA dentro del Gobierno? ¿O hay debate sobre la oportunidad de estar en él?

-CHA nace hace 30 años para esto. Es la primera vez que podemos entrar en la DGA. Nacimos para transformar Aragón y convertirlo en un país mejor. Eso se hace gobernando. Por lo tanto, tuvimos la responsabilidad y la audacia de entrar. Solo con dos diputados, sí. Lo difícil de entender es no entrar con 14. Pasado año y medio, nos lo hemos vuelto a plantear y el grado de consenso es altísimo. Creemos que es bueno para los aragoneses que CHA esté en el Gobierno. Nuestro compromiso no es con el PSOE, sino con la ciudadanía. Y la forma de hacer aragonesismo es desde el Ejecutivo. Lo que pase en mayo del 2019 me importa lo justo. Me importa lo que va a pasar en enero del 2017. Y ahora mismo constato que en CHA se ve positiva la acción del Gobierno.