"Cuando ponen esta valla quiere decir que no piensan arreglarlo pronto y que esto va para largo". Así de contundente se mostró ayer tarde Licinio Pérez mientras paseaba con su hija por el camino del Parque Bruil que bordea el río Huerva.

Justo en esa zona, hace un año la riada se llevó la escollera y las vallas de protección que delimitaban el cauce del río. Dos destrozos que, en la actualidad, siguen como el primer día, con lo que pasear por el camino suponía hasta ayer, un verdadero peligro. Ahora, el Ayuntamiento de Zaragoza ha colocado una reja metálica que impide acercarse a la zona más dañada y peligrosa. Sin embargo, fuentes municipales señalaron que este tipo de vallas de seguridad ya se ha colocado en otras ocasiones y se han tenido que reponer porque han acabado cayéndose por el desgaste y los actos vandálicos.

Pero para los vecinos y usuarios del parque, la alambrada es sólo un parche a un problema de mayor envergadura. "Yo siempre le decía a mi hija que no se acercara demasiado al borde del camino porque esto era un peligro y, aunque ahora esta mejor, ésta no es la solución", precisó Licinio. Por esta zona del Parque Bruil pasan al día personas de todas las edades. Desde la gente que pasa corriendo realizando deporte, a la que va en bicicleta o abuelos y niños que simplemente pasean o se acercan a la parte de los juegos infantiles.

Y es que la opinión de Licinio la comparten también otros ciudadanos de los alrededores como Angel Vera. "Han tenido mucho tiempo para adecentar estos destrozos y no han hecho nada", se lamentaba Angel, quien añadió que "lo que tiene que hacer, a quien le corresponda, es arreglarlo de una vez por todas". Un hecho que Natividad Alcázar, otra vecina, cree que tardará bastante en llegar. "Si han puesto esta valla es porque ahora no van a entrar máquinas a reparar la pared del río", señaló esta mujer que desde la terraza de su casa puede ver la zona más dañada por la riada. "Estas vallas no hacen nada porque ya las han puesto otras veces y hay jóvenes que se dedican a darles patadas y tirarlas. Lo que hace falta es que entren a limpiar el río para que se vayan las ratas y que lo arreglen bien de una vez por todas", concluyó Natividad.