Buscar una Vivienda de Protección Oficial (VPO) en Zaragoza se ha convertido en toda una carrera de obstáculos, según los testimonios de los propios ciudadanos. El anuncio de más de 9.000 VPO en Valdespartera ha creado grandes ilusiones, sobre todo entre los jóvenes, que ven ahora más facilidades para poder acceder a un piso de precio asequible. Pero también ha propiciado la aparición descontrolada de empresas, cooperativas, franquicias y demás entidades nacidas al calor de los beneficios que se presentan. La combinación puede llegar a ser explosiva, ya que la vivienda, un derecho básico del ser humano, es tratada como mercancía al mejor postor.

"Esto es un cachondeo. Vamos de un lado para otro, apuntándonos en todo lo que encontramos. Algunos son legales y francos, otros ya te aseguran que tienen una parcela para la cooperativa si pagas algo de dinero y los hay incluso que nos han llegado a pedir 2.400 euros (400.000 pesetas) para acelerar el proceso de la comunidad de bienes", lamenta Ana, de 24 años, que lleva ya cerca de tres buscando un piso.

Hasta el momento, e independientemente de las promociones municipales, el Gobierno de Aragón ha sacado a concurso las primeras catorce parcelas de la urbanización, la mitad para cooperativas y la otra para promociones privadas. Y es en las cooperativas y comunidades de bienes, cuyo plazo de presentación de proyectos finaliza el 3 de mayo, en donde se están creando falsas expectativas.

"De 20 a 30 lugares ofrecen en Zaragoza pisos para Valdespartera. Y en todos ellos te piden una serie de datos, como el DNI, fotocopias del catastro, empadronamiento o la declaración de la renta. Y claro, se los das, aun desconociendo de dónde han salido ni para qué quieren esa información", añade Noelia, de 22 años.

Falta de información

"Nadie te informa de nada, ni siquiera la DGA. ¿Cómo es posible que exista este descontrol? ¿Quién decide cómo se crean las cooperativas y por qué a unos sí les dan vivienda y a otros no?", insistía el jueves José mientras esperaba en una de las filas que anunciaban una cooperativa para Valdespartera.

Las prácticas irregulares se destaparon con los anuncios de reservas de pisos protegidos a cambio del pago de ciertas cantidades de dinero. Esta publicidad obligó al Gobierno de Aragón a informar de que la propiedad de dichas parcelas es, hasta el momento, de la propia DGA, y se pedía cautela ante los pagos solicitados.

"Por supuesto que estoy registrada en las gestoras de cooperativas tradicionales. Pero la lista de espera es de más de 13.000 personas. Por eso prefiero pagar para estar en los 200 primeros y tener más posibilidades de que me toque una de las viviendas", aseguraba Jesús, que no vaciló en pagar 1.500 euros para formar parte de una cooperativa de bienes.

"El boca a boca entre amigos y familiares es el sistema como te vas enterando de dónde ofrecen los pisos. Porque en muchos casos todo depende de si llegas a tiempo para obtener un número que no sea muy alto", afirmaba.

La última gran convocatoria se produjo el pasado miércoles ante las puertas de una inmobiliaria en el Coso. "Estábamos ya apuntados y hemos recibido una carta informativa para integrar una comunidad de propietarios. La cuestión es que han mandado mil circulares a todos los interesados y ya han cubierto el número previsto. Esto ha sido un descontrol, porque al llegar me entero que fue ayer cuando comenzaron a entregar los documentos los primeros. No sé si pensar mal", lamentaba uno de los jóvenes.