Juan Antonio B. G. es un multirreincidente zaragozano cuya edad es muy similar al número de veces en que ha sido detenido por la Policía, 33. Además, periódicamente protagoniza algún número que tiene resonancia social.

En esta ocasión, el presunto ha sido detenido por desvalijar la cafetería del Centro de Natación Helios al cumplirse el aniversario de su primer robo en el establecimiento, donde se llevó todo el dinero que pudo encontrar el 28 de febrero del 2003. El pasado día 14 y con el mismo sistema de entonces, fractura de ventanas para entrar y robo de las recaudaciones de máquinas recreativas y de ventas automáticas, volvió a dejar el mismo rastro, pero en esta ocasión fue identificado por la Policía Científica.

El sospechoso fue detenido el pasado miércoles cuando paseaba por la arboleda de Macanaz, no sin antes lesionar a uno de los policías actuantes, que tuvo que ser asistido en el hospital Provincial de contusiones leves, cuando intentó huir. El mismo Juan Antonio también fue conducido a este centro sanitario porque también sufrió heridas leves al ser reducido.

Pese a su larga experiencia en arrestos el presunto sigue sin acostumbrarse a que la coloquen las esposas. En este sentido, es un contumaz fuguista , aunque siempre se acaban frustrando sus huidas.

El 19 de agosto de 1988 ya protagonizó una rocambolesca fuga que duró 20 días después de que fuera sorprendido in fraganti cuando estaba robando en el interior de un bar del Actur, su zona habitual de operaciones.

Los hechos ocurrieron en la cafetería Star, de la calle Pablo Iglesias. Como es habitual en su profesión, el delincuente entró en el establecimiento de madrugada y cuando estaba cerrado al público por vacaciones de su propietario. No utilizó la puerta para acceder al interior, sino el conducto de ventilación de la cocina. Sin embargo, un vecino escuchó ruidos y alertó a la Policía.

Al advertir la llegada de los agentes, el caco intentó eludir el arresto ocultándose en los conductos del aire acondicionado, donde permaneció durante ocho horas. Para atraparlo, policías y bomberos tuvieron que abrir varios huecos en el falso techo, causando graves desperfectos en el local, que había sido reformado recientemente.

Finalmente, fue hallado en su escondite, aparentemente desvanecido, y lo disimulaba ta bien que le sacaron en camilla y lo trasladaron en una ambulancia a un hospital. No llegó allí. En el trayecto se desprendió del gotero y se despidió de los enfermeros después de hacer un corte de mangas.

La fuga le duró hasta el 8 de septiembre, cuando fue detenido por la Policía Local de Granada después de cometer un robo por el procedimiento del tirón en la capital andaluza. Pese a que facilitó una identidad falsa, los agentes averiguaron la verdad y le devolvieron a Zaragoza, donde sigue.