El Secretario General del PSOE Aragón y presidente aragonés, Javier Lambán, apeló ayer en el comité regional de su partido a la responsabilidad para trabajar por un PSOE unido, un esfuerzo que «no es de generosidad, sino de puro sentido de la militancia socialista» porque esta unidad es «la principal fuente de éxito, la principal garantía y el principal requisito para que la sociedad nos vea como un instrumento útil para solucionar sus problemas, que es en definitiva a lo que tenemos que aspirar». Una fuerza política «se puede y debe permitir el lujo de la confrontación de ideas, pero no el de la desunión», y por ello, hizo un llamamiento al esfuerzo colectivo para recuperar la capacidad de volver a conectar con la mayoría social y volver a aspirar a ser gobierno en este país.

Para Lambán, el liderazgo es ahora «una cuestión secundaria», ya que lo fundamental es que el partido «acierte» en las maneras y los modos de recuperar el espacio social, ideológico y cultural que desde el año 2010 ha ido perdiendo paulatinamente.

El PSOE es un partido situado en el centroizquierda «no hemos sido radicales nunca», matizó, un partido pragmático que en cualquier circunstancia ha tratado de aprovechar cualquier resquicio en las instituciones para mejorar la vida de los ciudadanos.

Por lo que se refiere a la labor en el Gobierno de Aragón que él preside, realizó un balance «satisfactorio» y adelantó que el 2017 va a ser el «año de la agroalimentación», porque a su entender, no hay actividad económica más productora de equilibrio territorial. Por eso, definió como «la noticia de la legislatura» la implantación en Épila de la sede de Bonarea de Guissona.

También señaló que esta legislatura está marcada por «tres banderas que nadie nos puede arrebatar ni liderar», como son los derechos sociales y económicos, la construcción de una economía más competitiva y moderna así como configurar a Aragón como una comunidad histórica y un sujeto político importante en la historia de España.