La duda sobre si se abordaría el tema del momento se instaló ayer la primera sesión del año en las Cortes de Aragón. La actualidad fuera del palacio de La Aljafería estaba centrada en el conflicto independentista de Cataluña, pero el orden del día cerrado por los diputados no incluía ninguna alusión a las relaciones con la comunidad vecina. Y las mociones pasaban como si nada.

Fue la portavoz de Ciudadanos, durante la interpelación sobre los presupuestos generales del estado que el PAR planteó al presidente de la DGA, Javier Lambán, la que abrió la espita. «¿Qué opina de que Pedro Sánchez esté vendiendo España para sacar adelante sus cuentas?, le espetó al dirigente socialista. Y a partir de ahí la figura del relator fue la protagonista de la jornada.

Lambán señaló que el confuso puesto de intermediario que se usará en la mesa de partidos causa «confusión» y achacó con dureza su nombramiento a que Sánchez ha sido «sorprendido en su buena fe» con los independentistas, a los que tachó de «congénitamente mentirosos». Además pidió la supervisión de todas la comunidades autónomas de cualquier tipo de negociación. «Lo que desborde el ámbito del Estatuto catalán será una decisión nacional y, por tanto, Aragón tiene el derecho y la obligación de estar representada y dar su opinión», aseguró.

La cuestión catalana envolvió luego los reproches cruzados entre formaciones. «Este proyecto de presupuestos es una vergüenza para los españoles de bien, manchados de sangre y de golpismo», aseguró el presidente del PP, Luis María Beamonte. Por ese motivo le pidió mucha más rotundidad a Lambán a la hora de enfrentarse al separatismo catalán al considerar que ante Sánchez, como ocurrió el pasado sábado, «no se atreve a decirle determinadas cosas».

ADELANTO ELECTORAL

Beamonte, que pidió la convocatoria urgente de elecciones generales, señaló que los socialistas autonómicos están «inquietos» por el posible castigo electoral que puedan sufrir en mayo. «Es lo que pasa cuando se junta uno con ciertos compañeros de viaje para mantenerse en el poder a cualquier precio», ironizó.

Podemos alertó de la creación de un «frente amplio» que aúna a Vox, Ciudadanos y el PP que se escenificará en la manifestación del próximo domingo. «Ustedes solo salen a la calle para limitar derechos», aseguró Maru Díaz ante el sonoro enfado de los diputados del centro derecha. Fue necesario que la presidenta del Parlamento, Violeta Barba, mandara callar en varias ocasiones a los asistentes.

La diputada de Ciudadanos, Susana Gaspar, invitó a los miembros de la cámara a participar en la marcha madrileña bajo el lema España no está en venta. «Sánchez está consolidando las desigualdades entre comunidades solo para satisfacer a los independentista», dijo.

UNIDAD DEMÓCRATA

Lambán, que en todo momento marcó las distancias con la ultraderecha de Vox reprochando cualquier tipo de alianzas parlamentarias con ellos, consideró que frente al auge del independentismo catalán la solución será la «cooperación unánime de las fuerzas constitucionalistas».

Sobre el tema central de la comparecencia no fueron muchas las alusiones. La portavoz de la formación morada, defendió las cuentas estatales por atender causas sociales y por recogre la subida del salario mínimo. «Será bueno para los aragoneses», dijo.

El presidente del PAR, Arturo Aliaga, se preocupó de denunciar que la falta de ejecución de las partidas es «el mal endémico» de la comunidad y pidió unidad para evitar que Aragón pierda fondos ya asignados durante la negociación. Por su parte, el portavoz de CHA, Gregorio Briz, evidenció que los aragoneses salen perjudicados con el reparto estatal, pues todavía no se ha afrontado el debate estatal que garantice el encaje de las comunidades. Para eso exigió una reforma inmediata de la Constitución.