El presidente del Ejecutivo autonómico, Javier Lambán, abogó ayer por «fortalecer la unidad de España» ante el desafío soberanista de Cataluña e instó a «recuperar el valor del consenso» de los padres de la Constitucional en esta crisis territorial. En este sentido, Lambán instó a «dibujar» un proyecto de país que acoja e ilusione a todos sin «frentismos trasnochados».

«Cataluña nos tiene preocupados porque es un problema de España en su conjunto; en Aragón no queremos que se vaya nunca», dijo Lambán ante el aplauso del público asistente al acto de conmemoración del 40 aniversario de la Carta Magna. El presidente del Ejecutivo autonómico reconoció que el «empeño» de su Gobierno de poner en valor el espíritu de consenso de los padres de la Constitución se enmarca en esta crisis territorial, ya que en este momento es «fundamental» que en España «afloren las mejores potencialidades» como ocurrió duranta la Transición.

«Cualquier celebración que hable de fortalecer la unidad de España, cualquier celebración europeísta nos encaja como un guante a los aragoneses», insistió Lambán que recordó que el domingo ya estuvo en Toulouse reivindicando la vigencia de la Carta Magna. Además, indicó que los planes de la DGA pasan por acudir a los institutos a «defender la Constitución».

Por todo ello, el presidente del Ejecutivo autonómico insistió en que hace 40 años «España produjo la mejor versión de sí misma» y los españoles acertaron «de manera abrumadoramente mayoritaria» en dos decisiones, pues «supimos a dónde queríamos ir y a dónde no queríamos volver jamás».

Lambán, que se encargó de clausurar el acto de conmemoración, afirmó que la Constitución consagró un elenco de derechos y libertades y estableció la unidad de España «como valor político en sí mismo». Por otra parte, recordó que la Carta Magna atendió una de las principales reivindicaciones que se venía haciendo desde hacía décadas: la descentralización del poder político en distintos territorios. «Se demostró que la suma de partes diferenciadas era superior al sistema centralizado de la etapa anterior», aseveró.

VIEJOS DEMONIOS FAMILIARES

Para Lambán, 40 años después hay muchos motivos para la celebración, pero también para la preocupación por una serie de circunstancias, entre las que mencionó la desigualdad, la citada crisis catalana o la quiebra de confianza en la democracia.

Una desafección que, dijo Lambán, está provocando que «viejos demonios familiares afloren de nuevo», en clara referencia a los populismos, los nacionalismos y la xenofobia o la ruptura del equilibrio que caracterizó las relaciones entre Europa y Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial.

Tras insistir en el fortalecimiento de la unidad del país, Lambán acabó su discurso con un «viva aragón, viva España y larga vida a la Constitución». El himno de España interpretado al piano acabó por redondear una ceremonia cargada de solemnidad.