De nuevo la amenaza del trasvase protagonizó en las Cortes de Aragón un destacado enfrentamiento dialéctico entre los grupos parlamentarios, en especial entre el presidente de Aragón, Javier Lambán y el flamante presidente del PP, Luis María Beamonte, quien se estrenó ayer en las Cortes como adversario en la tribuna de Lambán. Ambos tuvieron un encontronazo dialéctico a vueltas con el trasvase. Para Lambán, existe «una amenaza real, más que nunca» por parte de Cataluña de trasvasar agua «desde la cabecera del Segre». Para Beamonte, que recientemente se ha reunido con la ministra, Lambán demuestra «irresponsabilidad» al crear «alarma social» con su comparecencia, puesto que en Aragón «hoy no hay riesgo de trasvase», algo a lo que, por otro lado, los populares en la comunidad se oponen «con rotundidad».

Beamonte le reprochó que el secretario de Estado dijo al propio Lambán --como ha insistido el Gobierno central con varios comunicados esta semana-- que no hay ningún trasvase. «Que ganicas tienen de enredar, y de alarmar. Lo hacen para ocultar la debilidad de su Gobierno», señaló.

Además, el líder de los populares, recordó, «algunos no pueden decir lo mismo», en referencia al apoyo que dieron los socialistas al ministrasvase a Barcelona en el 2008.

A pesar de que en ningún documento consta esa intención trasvasista a la que alude el presidente del Gobierno, Lambán se aferró al «resquicio legal» de una orden del 2010 y pidió la unidad de todos los partidos de Aragón y a Rajoy que no ceda ante «las inteciones trasvasistas».

Tras siete años, para Lambán «no es creíble» que esté vigente aún la emergencia con la que se dictó esta orden, porque en este tiempo esos municipios no han necesitado abastecerse del Segre, y por eso el Ejecutivo aragonés se ha dirigido al ministerio para que dicte su caducidad.

Por Podemos, Pablo Echenique lamentó que este nuevo trasvase es «más sibilino» y tiene que ver, sobre todo, con la privatización del agua. Recordó que Lambán dijo hace cuatro meses que la amenaza de cualquier trasvase estaba conjurada, y ahora «comparece con urgencia» para hacerle frente, de lo que Echenique se alegra pero sin ocultar la «preocupación» que le provoca la «desafilada» capacidad del ejecutivo de hacer frente a los retos.

El presidente del PAR, Arturo Aliaga, insistió en la necesidad de mantener la unidad política y la contundencia jurídica contra el trasvase y Susana Gaspar (portavoz de Ciudadanos) lamentó que los partidos en Aragón lleven dos décadas enfrentados por este asunto, con debates «estériles» cuando lo que hay que hacer es «cambiar la forma de hacer política desde un nuevo plan hidrológico nacional».

Patricia Luquin portavoz se sumó al consenso y pidió que se tenga en cuenta, para fijar la postura común, a las asociaciones ecologistas, mientras que Carmen Martínez, portavoz de CHA, pueso de manifiesto que aunque el PP se oponga a los trasvases en Aragón, a nivel estatal hacen «lo contrario».