Javier Lambán negó ayer que exista un bloqueo en las iniciativas del Gobierno de Aragón que preside, algo de lo que le acusó en la sesión de control el líder del PP, Luis María Beamonte. Tanto es así que el socialista llegó a afirmar que, de seguir al actual ritmo de trabajo, cumplirían todo su programa «en dos años», y tendrían que elaborar otro para el resto de la legislatura.

Así respondió el presidente del Ejecutivo al líder de la oposición, que al preguntarle sobre las líneas maestras del próximo presupuesto le acusó de «inacción». En parte por «no pisar callos» de los otros tres socios del cuatripartito, y en parte por «estrategia electoral», la misma que atribuyó a Pedro Sánchez por la convocatoria de elecciones. Lambán le replicó que la incapacidad de formar Gobierno ya obligó a Mariano Rajoy a repetir comicios.

Beamonte pintó un panorama nefasto de la situación aragonesa, en un tono algo más duro que el de anteayer, cuando buscó el consenso para exigir financiación estatal. El presidente autonómico del PP expuso que, con «una nueva crisis inminente», que los socialistas se «niegan» a admitir, el déficit a mitad de año «casi se va al 0,7%, 270 millones de euros», el paro sube, el Gobierno paga con retraso a organismos o ayudas al alquiler, bajan los autónomos...

Lambán respondió que el déficit a las mismas alturas del año pasado «era más alto», y se acabó cumpliendo; que el desempleo está mejor que la media estatal, o que el descenso de autónomos se debe en gran medida «a la regularización de los llamados falsos autónomos de los mataderos de la provincia de Zaragoza», entre otros asuntos.

ESTRUCTURA

También le tocó defender a Lambán, en esta ocasión ante el líder de Vox, Santiago Morón, el organigrama del nuevo Gobierno, ante las críticas del ultraderechista por el aumento de gasto público que supone, «propio de la izquierda», y que aboca a «mantener o subir impuestos».

Lambán alegó que la reestructuración obedece principalmente a criterios de «operatividad y eficiencia», pues la fusión de consejerías y direcciones generales de la anterior legislatura «se ha demostrado ineficaz», y se solventó sobre todo con la «sobrecarga de trabajo» de consejeros como Marta Gastón (de Economía e Industria) o directores generales. «También ha influido, no lo niego, tener que acomodar a cuatro partidos», añadió.

Lambán, en cualquier caso, pidió a Morón que «no asuma que es propio de la izquierda aumentar cargos», pues su partido apoya a Gobiernos del PP, que, enumeró, tenía «165 cargos en el Gobierno de Aragón en el 2012 (ahora hay 162)», 94 asesores frente a 80, o ha aumentado el «gasto político» en el Ayuntamiento de Zaragoza en «nada menos que un 50%». Morón replicó que no forman parte de estos Gobiernos y que han comparecido públicamente para criticar esta última situación.

La mitad de las preguntas para Lambán ayer (dos de cuatro) giraron en torno a la ampliación de Cerler, que tras la polémica de la semana pasada defendió ante el líder de Ciudadanos, Daniel Pérez Calvo (que la apoya) y con cierta acritud ante el coordinador de IU, Álvaro Sanz.

Este mostró su oposición ante la falta de sostenibilidad del proyecto, tanto económica como medioambiental, y enmarcó el empeño del proyecto en un «maquillaje» para dar salida a 60 hectáreas de terreno que compró Aramón en la zona.

Lambán defendió que la gestión de Aramón es «impecable», aunque sus gestores «lo hacen mal en comunicación», y defendió la ampliación como «la única salida» para la población de la zona y contra la competencia. Desvinculó el proyecto del desarrollo urbanístico y apostó incluso a la innivación artificial.