Industria, feminismo, despoblación y diálogo social son algunos de los conceptos que el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, quiso poner ayer en primer plano durante el acto solemne de toma de posesión de su equipo de gobierno. Las diez consejerías, repartidas entre cuatro partidos, estarán unidas por el convencimiento de que la sociedad aragonesa reclama «pactos» para «recuperar el prestigio social que en su día tuvo la política».

Lambán defendió el nuevo proyecto compartido entre el PSOE, Podemos, el PAR y CHA como la mejor forma de desarrollar el Estatuto de autonomía. «Es el instrumento formidable que ya contiene un programa de gobierno a largo plazo que orienta nuestras acciones con precisión y con fuerza», afirmó. Esta confianza en el autogobierno supone tener por delante un «campo de actuación ancho y ambicioso» al avanzar que no harán nada «fuera de ese marco».

Como palabras clave repitió lo de «transversal y centrado» y recordó que las autonomías gestionan los «pilares clave» del Estado del bienestar como son la sanidad, la educación o los servicios sociales. «Tenemos que garantizar a los ciudadanos aragoneses calidad asistencial, derechos e igualdad de oportunidades», precisó.

En este campo de acción, Lambán quiso remarcar que la mirada feminista se notará en todas las decisiones. Y en concreto denunció que la violencia machista «es la punta del iceberg de una desigualdad en todos los ámbitos y es una obligación ética desterrarla».

Y se comprometido con la innovación y con la lucha contra el cambio climático, algo que se concreta en el desarrollo de los dieciséis objetivos de la Agenda 2030 y en aumentar la participación desde Aragón en la definición de programas de la Unión Europea hasta el 2027.

MODELO SOSTENIBLE

La lucha contra la despoblación se abordará de un modo «alejado del romanticismo» que se le está imprimiendo al debate, en el que se asocia el mundo rural a los espacios de ocio. El socialista señaló que la erosión demográfica es «un proceso que explotó de manera imparable a mediados del siglo XX» y que ahora lo que toda es «revertir la tendencia» teniendo claro que no es posible «mantener un sistema de ocupación del territorio heredado de la Edad Media y que hay que ir a un modelo sostenible económicamente y desde el punto de vista ambiental».

En la toma de posesión de los consejeros se recuperó el texto usado por la primera corporación autonómica tras la muerte de Franco. El único que juró fue el vicepresidente del Gobierno y consejero de Industria, Arturo Aliaga (PAR). Los otros nueve compañeros de gabinete prometieron su cargo.

Entre los rostros nuevos que se incorporan esta legislatura se encuentran los consejeros de Hacienda, Carlos Pérez Anadón; el de Educación, Felipe Faci; y la de Ciencia, Maru Díaz (Podemos). Repiten Mayte Pérez, esta vez como titular de Presidencia; Marta Gastón, de Economía; Pilar Ventura, de Sanidad; José Luis Soro (CHA), de Vertebración del Territorio; Mariví Broto, de Ciudadanía, y Joaquín Olona, de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. Todos ellos desgranaron en una breve intervención sus planes para los próximos cuatro años. «No se puede ver la pluralidad como sinónimo de inestabilidad», reclamó la representante morada.

«Hemos acertado plenamente», indicó Lambán al analizar el retraso en la formación de Gobierno. En todo caso, Pérez Anadón, confirmó que ya han renunciado a redactar unas cuentas propias para lo que queda de año. Y avanzó que será difícil poner de acuerdo a todos los implicados en el Ejecutivo al considera que «la filosofía de los pactos» permite soportar cualquier discrepancia, algo que se complica a la hora de poner cifras concretas en cada departamento.