Las dos monjas aragonesas que se encuentran como misioneras en Mozambique siguen recibiendo continuas amenazas y presiones tras denunciar hace unos días la existencia de una supuesta red de tráfico de órganos en ese país. Este caso ha trascendido ya a la prensa internacional y ayer era una emisora portuguesa la que recogía su testimonio.

La hermana Juliana, una zaragozana cuyo nombre real es Maria del Carmen Calvo y que pertenece a la congregación de las Siervas de María en Nampula, declaró ayer a una emisora pública portuguesa que siguen recibiendo "amenazas muy claras y muy duras" y que éstas "afectan a toda la comunidad religiosa". Además, esta misionera aseguró que "hay varios países implicados en el tráfico de órganos" y se mostró convencida de que "Nampula es sólo un eslabón de una red internacional". Por este motivo, la hermana Juliana subrayó que "es necesario que la comunidad internacional tome conciencia de lo que pasa y actúe".

Mientras, desde España, la ministra de Sanidad y Consumo, Ana Pastor, anunció que ya se ha puesto en contacto con una de las monjas españolas para expresarle "el apoyo del Gobierno para que en ningún momento corran ningún riesgo".

TRASCENDENCIA INTERNACIONAL Las Siervas de María denunciaron la existencia en Mozambique de una red de tráfico de órganos, en muchos casos de menores, tras descubrir en las cercanías de su convento en Nampula varios cadáveres de niños a los que les faltaban algunos órganos. Las misioneras pusieron el caso en conocimiento de una ONG y de la embajada española en Mozambique y aportaron documentación gráfica con cadáveres de menores y el testimonio de algunos niños que llegaron al orfanato de la congregación huyendo de los traficantes.

En los últimos días la noticia ha trascendido a la prensa y a la opinión pública internacional y ya son muchas las páginas webs que recogen la denuncia y las vivencias de estas religiosas que se encuentran amenazadas de muerte y ya han sido víctimas de varias emboscadas.

El caso también ha llegado ya a conocimiento del comisario europeo de Interior, Antonio Vitorino, y de las autoridades eclesiásticas mozambiqueñas. La Fiscalía de Mozambique ya ha abierto una investigación basada en las numerosas denuncias presentadas y ha nombrado a un representante especial encargado de coordinar las pesquisas. Sin embargo, las religiosas también apuntaron en su día que las autoridades del país podrían estar implicadas en el tráfico de órganos.