El rol actual de las familias en el proceso de aprendizaje de los alumnos merece un capítulo especial en el documento elaborado por el grupo de trabajo, que defiende un papel «mucho más activo» de este colectivo. «El rol de las familias no puede ser, solamente, el de obligar a los alumnos a que realicen los deberes. Esto no quiere decir que no se le deba acompañar en su proceso de aprendizaje», matiza el texto.

En este sentido, el documento subraya que el papel de las familias «puede resultar clave en aspectos de autorregulación, adquisición de hábitos, control del tiempo, motivación o disposición hacia el proceso educativo, control de emociones...».

El grupo de trabajo propone ese rol «más participativo» de las familias en las actividades que se llevan a cabo en los centros tanto en horario lectivo como no lectivo. «En el entendimiento entre el centro y las familias está buena parte del éxito escolar de los alumnos», afirma. Del mismo modo, si la relación no es positiva, estas posibilidades de éxito «se reducen considerablemente».

Esta propuesta recuerda que algunos docentes consideran que, cuando las familias opinan acerca de los deberes, les están restando autoridad, mientras que algunos padres defienden que la ocupación del tiempo fuera del centro no debería ser decisión de los docentes. Por eso, advierte de la «línea muy fina» que diferencia un sistema de relación y apoyo mutuo de otro «en el que ambos agentes tienen la sensación de que uno invade el espacio del otro». Por eso, aboga por mejorar la comunicación entre la familia y la escuela «para que todos vayamos en la misma dirección».

En ese sentido, el texto defiende que esos cauces de información adecuados «deberían ir encaminados hacia el mundo digital y con un camino de ida y vuelta, donde las familias puedan recibir y transmitir información de primera mano».

Además de dejar claro que lasfamilias «no deberían ser responsables de que sus hijos hiciesen o no los deberes», el documento expone que las tareas actuales «no suelen generar vínculo positivo entre las familias y los centros». «Tal vez si estuviesen más en consonancia con los proyectos del centro, las familias tendrían la sensación de que podrían participar de manera más activa», considera el texto.