-La semana pasada participó en el Congreso Internacional sobre Innovación, Aprendizaje y Competitividad organizado, entre otras universidades, por la de Zaragoza. ¿Ha cambiado la forma de impartir docencia en la enseñanza superior desde la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior, popularmente conocido como Plan Bolonia?

-Ha cambiado y va a cambiar todavía más porque la implantación de Bolonia ha sido decisiva también para Aragón, ya que ha influido no solo en la movilidad de estudiantes o en la tipología de las nuevas enseñanzas, sino también en la forma de aplicar la docencia. De hecho, uno de los cometidos de las agencias de calidad es contrastar la de las evaluaciones, no solo los que obtienen el título o han aprobado unas asignaturas, sino evaluar si se han adquirido competencias y el aprendizaje necesarios para desarrollar una profesión y que puedan tener un alto grado de empleabilidad. Junto a esto, hay que valorar el fenómeno de nuevas tecnologías que repercute en la impartición de la docencia y de técnicas docentes. Por eso, uno de los retos que afrontamos las agencias de educación superior es cómo evaluar las nuevas formas de enseñanzas online porque tienen otra forma distinta de impartir docencia, y otra relación con los estudiantes, por lo que las agencias estamos obligadas a encontrar fórmulas para evaluar este tipo de enseñanzas cada vez más numerosas.

-¿Cuál es el estado de salud actual de las titulaciones aragonesas?

-El cambio ha sido fundamental, pero el sistema universitario aragonés no solo ha hecho los deberes sino que las titulaciones gozan de una salud excelente. El dato más importante es que todas las oficiales de grado, máster y doctorado tienen que ser evaluadas por agencias independientes, como la ACPUA, para verificar que cumplen los objetivos marcados en sus planes de estudio y que los estudiantes obtienen el aprendizaje previsto. Son expertos internacionales los que acuden a los centros y hacen una evaluación muy exhaustiva. Pues bien, el sistema universitario aragonés ya tiene acreditadas más del 80% de todas sus titulaciones. Le diré que todos los grados de la Universidad de Zaragoza están ya evaluados y acreditados por la ACPUA. Solo falta Arquitectura, que se implantó más tarde y se evaluará el año que viene. Porcentualmente, Aragón es la que tiene una tasa de éxito más alta en todo el país.

-La agencia consiguió el año pasado la acreditación europea. ¿Qué ha supuesto esto?

-La ACPUA ha cumplido con todos los estándares de máxima calidad que exige Bruselas, a pesar de que es una de las agencias más pequeñas en cuanto a dimensión. Estar inscritos en el espacio europeo de agencias supone que Aragón adquiere una competencia nueva y que el ciclo de vida de todas las titulaciones en Aragón, desde que se implantan hasta que se acreditan, se controlan desde la agencia de la comunidad autónoma, sin ningún tipo de intervención nacional.

-En su última intervención en las Cortes, en el 2016, reclamó más recursos. ¿Han llegado?

-Afortunadamente, y gracias al apoyo de todas las instituciones, ese respaldo se ha visto reflejado en el presupuesto de la comunidad para este año, con un incremento notable. De este modo, el próximo año podremos completar la plantilla. Hay nuevas tareas ahora a asumir por la agenda merced a esa acreditación europea y estamos en mejores condiciones. También es importante reseñar que haber logrado el éxito de la acreditación europea, con muy buenas notas por cierto, ha supuesto la capacidad de nuestra agencia de, por primera vez, generar ingresos propios. Somos fiables, rápidos y cumplimos todos los estándares de calidad.

-¿Quién ha reclamado su intervención?

-Hemos suscrito convenios, realizado evaluaciones y valorado títulos de la Universidad de Andorra a petición de su Gobierno. También hemos trabajado para universidades en el País Vasco o Asturias. Y también se han hecho informes para Cataluña. Estamos comenzando, pero el salto ha sido cualitativo. Y ese aumento de plantilla nos permitirá seguir aceptando encargos, aunque teniendo claro que nuestro principal cometido está en Aragón.

-¿Le preocupa alguna titulación?

-No existe ninguna titulación en Aragón que no haya sido acreditada. Nuestra preocupación es que los procesos de evaluación sean buenos y ágiles. Ahora tendremos que evaluar los doctorados del sistema universitario aragonés y esto supone un nuevo desafío

-¿Son las dobles titulaciones el futuro?

-Es un fenómeno que se está produciendo. A nivel técnico, hay alguna complicación que estamos solventando porque, ahora, las agencias españolas evaluamos título a título, es decir, no hay una evaluación conjunta de la doble titulación. Pero haremos todo lo posible para que el proceso de las dobles titulaciones salga adelante, también en el ámbito internacional, de la mejor manera posible.

-¿Cómo es la relación entre la Universidad de Zaragoza y la de San Jorge? ¿Han percibido tensiones?

-Francamente, nosotros no las hemos advertido. Nuestra tarea técnica de evaluación con ambas universidades se ha desarrollado con normalidad. Y la relación con las dos es muy buena. -¿Puede repercutir de algún modo la histórica rebaja de los precios públicos en la calidad de las titulaciones? -Es muy buena noticia. Todo lo que permita que ningún estudiante con capacidad para cursar una carrera se quede, por cualquier razón, sin poder hacerlo, es fundamental. Solo puede tener consecuencias beneficiosas y fomenta la sensibilidad.