Levante ha comenzado a poner trabas al plan diseñado por el Gobierno central del PSOE como alternativa al derogado trasvase del Ebro. Además de iniciar una campaña para intentar recuperar la cesión de aguas, el Gobierno valenciano advirtió ayer de que la infraestructura para producir la energía necesaria para la desalación depende de los ayuntamientos de la comunidad y que dichos concejos no están dispuestos a aceptar su construcción. Esta postura contrasta con la que la región tenía ante el trasvase, que --como recordó ayer la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, --exigía mucha más energía que desalar agua de mar.

Según publicaron distintos medios de comunicación levantinos, el Gobierno valenciano ha realizado un estudio según el cual el plan alternativo del PSOE para suplir el déficit hídrico de Levante (que aboga por desalar, modernizar sistemas de distribución y reutilizar agua una vez depurada) no se podrá desarrollar. Valencia argumenta que la infraestructura necesaria para facilitar la energía eléctrica que exige la desalación no existe y que los ayuntamientos no están dispuestos a autorizar nuevas líneas de alta tensión.

Precisamente, uno de los gastos que más encarecía el trasvase del Ebro era el consumo de energía eléctrica, imprescindible para llevar a cabo los múltiples bombeos que permitirían elevar el agua de las zonas bajas a las altas.

La ministra de Medio Ambiente destacó este argumento, al afirmar que el coste energético del trasvase hubiera sido un 30% mayor que el que supondrá la desalación. "El trasvase exigía hasta once bombeos para elevar el agua hasta más de mil metros por encima del nivel del mar", dijo. Y añadió que según los datos del anterior Gobierno del PP, la cesión del Ebro requería una energía equivalente a una planta de mil megawatios funcionando todo el año.

Narbona se entrevistó con la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallström, a la que avanzó los documentos sobre los planes hidrológicos del PSOE y sobre el protocolo de Kioto que España enviará a la Comisión Europea. Según la ministra, la comisaria acogió "con satisfacción" los cambios propuestos por el nuevo Ejecutivo, informó Efe .

La titular de Medio Ambiente también indicó que ya se ha solicitado formalmente a Bruselas que los 1.200 millones de euros que se pidieron a la UE para financiar el trasvase se utilicen para las actuaciones alternativas diseñadas por los socialistas.

Narbona ironizó ante la preocupación mostrada en Levante por el impacto ambiental de la desalación (por la producción de salmueras) y recordó que los responsables del PP aplaudieron la inauguración de la planta desaladora de Alicante. Subrayó que las nuevas tecnologías descartan incidencias significativas de las salmueras.

El Gobierno murciano acusó a la ministra de llevar "la desolación y la falta de alternativas" a esa región.