El Levante ha decidido echarse a la calle de forma "multitudinaria" para defender el trasvase del Ebro. El presidente valenciano, Francisco Camps, y el murciano, Ramón Luis Valcárcel, calificaron ayer de "decretazo" la derogación "sin diálogo" del proyecto anunciado por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y acordaron una movilización para finales de esta semana o primeros de la siguiente.

En un encuentro celebrado ayer en San Vicente del Raspeig (Alicante), ambos mandatarios aseguraron que no renunciarán "a un solo hectómetro cúbico" de los previstos en el trasvase diseñado por el PP.

La reunión de ayer sirvió para definir un plan de presión al nuevo Gobierno socialista antes de que Zapatero tome una decisión definitiva sobre el nuevo diseño del Plan Hidrológico Nacional (PHN). La estrategia pasaría por un calendario de movilización social en estrecha colaboración con las organizaciones agrícolas, agentes sociales y patronales. El propio Camps confirmó ayer que la convocatoria se amplía a todas las comunidades de regantes y a los grupos empresariales del Arco Mediterráneo, es decir, desde Castellón a Almería.

"FRAUDE POLITICO" "No entenderíamos que se paralizase el trasvase del Ebro mediante un decretazo y que, al mismo tiempo, se siguiera adelante con las inversiones multimillonarias previstas en Aragón y Cataluña", aseguraron ambos presidentes, que hablaron de "fraude político".

Camps y Valcárcel han solicitado, asimismo, mediante sendas cartas, una entrevista urgente con el presidente. Ayer, lamentaron que Zapatero no haya dialogado con los gobiernos de las cuencas perjudicadas antes de anunciar el decreto.

Ambos calificaron al trasvase del Ebro como "el gran sentido del PHN", una infraestructura "de la que no hay alternativa", "fundamental" y que fue aprobada tras una "amplia reflexión". En cuanto a la opción de desalación propuesta por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, la desecharon por ser "un parche temporal y caro".