La posibilidad de que las empresas privadas entren en la explotación comercial de la alta velocidad española podría suponer la implantación de dos nuevas conexiones diarias en la comunidad. O al menos así se desprende de la información adelantada ayer por el diario El Mundo, según la cual la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha dado el impulso definitivo a un AVE privado para romper el monopolio de Renfe con conexiones diarias entre Madrid, Zaragoza y Barcelona.

Así, el consejo del regulador aprobó la pasada semana el proyecto propuesto por la empresa Intermodalidad de Levante SA (Ilsa) para utilizar la infraestructura ferroviaria de Adif en el trayecto internacional entre Madrid y Montpellier, compitiendo con la empresa pública en el tramo que afecta al territorio español. El proyecto presentado implica paradas en la estación de Delicias en horarios supuestamente «más interesantes» para los viajeros que necesitan moverse entre ciudades europeas por motivos de trabajo. Serían dos escalas diarias por cada dirección.

Ilsa, controlada por la aerolínea valenciana Air Nostrum, se apoya en una directiva comunitaria que pretende reforzar la conexión ferroviaria entre los distintos países de la Unión Europea, según detalló el diario madrileño. La CNMC establece como requisito que un 30% de los ingresos obtenidos en la conexión internacional procedan del tráfico entre ambos países y un 20% del trayecto se realice en territorio extranjero.

Aunque todavía falta una confirmación oficial sobre este cambio, el escenario que abre el organismo sobre la competencia es totalmente novedoso. En la eventual autorización subyace la idea de que puede servir para probar el nuevo escenario ante la liberalización del transporte de viajeros en el año 2020. Esto implicaría una reestructuración de un gran número de trayectos que tuvieran interés comercial.