Los cinco jóvenes detenidos por la agresión que dejó tuerto a un motero zaragozano al grito de «facha» ya están en libertad. La titular del Juzgado de Instrucción número 10 de la capital aragonesa, María José Bello, así lo decretó tras pasar a su disposición como supuestos autores de un delito de lesiones graves con la agravante de odio. La Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Aragón señaló a los arrestados como miembros de ultraizquierda. La víctima lucía una bandera de España en su chaleco.

La Fiscalía Provincial de Zaragoza pidió prisión para cuatro de ellos ante las pruebas recabadas por la Brigada de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Aragón, si bien la magistrada decidió dejar a todos en la calle de manera provisional. Junto al atestado policial, el juzgado recibió las prendas de vestir que los cinco arrestados llevaban la noche en la que ocurrieron los hechos, un 19 de octubre frente a la Casa del Loco, en la calle Mayor de Zaragoza.

Con ellas, los agentes quisieron ratificar la presencia de estos jóvenes, tres chicos y dos chicas, en el lugar, a partir del análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad del bar, así como de las declaraciones de testigos presenciales como los vigilantes que controlan los accesos del establecimiento.

Como adelantó EL PERIÓDICO, el ataque de los ultras pudo ser programado. En las imágenes de las cámaras se observa que los cinco estuvieron esperando en la calle Mayor a que finalizara el concierto del grupo rockabilly The Meteors en el interior de la Casa del Loco. Fue a la salida de los asistentes, entre ellos la víctima, cuando una de las chicas comenzó a gritar «hijos de puta, fascistas, os vamos a matar». Iban dirigidos al grupo de amigos de la víctima que habían estado disfrutando del espectáculo musical.

Rápidamente comenzaron a arrojar botellas y otros objetos con los que los imputados acudieron al lugar de los hechos. La víctima, de 35 años, que en ese momento salía del local donde había acudido a recoger su casco de moto, recibió el golpe de una botella en el ojo que le hizo sangrar abundantemente. Estaba en ese momento solo, puesto que sus amigos estaban en el bar Mantis, donde iban a tomar una copa todos para seguir la noche de fiesta. En el hospital Clínico Lozano Blesa no pudieron salvarle la visión del globo ocular derecho.

Los autores se marcharon huyendo hacia el cercano barrio de La Magdalena encapuchados para evitar ser reconocidos. En un momento dado, ante un tumulto de unas cien personas en plena calle, uno de ellos llegó a esgrimir una pistola táser con la que trató de aproximarla a la espalda de una clienta del establecimiento para tratar de evitar ser retenido. Los que no iban armados realizaron ademanes amenazantes de boxeador.