Que la lectura aporta bienestar y engrandece el alma no es nada nuevo. Pero que en los centros de salud puedan encontrarse libros gratis al alcance de los pacientes sí. Leer da sueños... en el centro de salud es una iniciativa que se está llevando a cabo en los ambulatorios de Torrerramona y en el de Las Fuentes.

El proyecto está organizado por la Fundación El Tranvía, entidad social creada por la asociación de vecinos del barrio de Las Fuentes, que se ha animado a implantar el bookcrossing. «Consiste en que te lleves los libros gratis y que luego te comprometas a liberarlos en un espacio público» explica Ciara Condón de El Tranvía.

Javier Aribau, gerente de la fundación destaca que la asociación apuesta «por modelos alternativos de consumo y el bookcrossing es uno de ellos». Los libros proceden de donaciones, sobre todo de vecinos del barrio, pero cualquier persona puede aportar. En la asociación se registran «para seguir su recorrido en la web, los traemos al centro de salud para que los pacientes los lean o se los lleven a casa y luego pueden dejarlos en cualquier lugar público, no es necesario que los devuelvan aquí» añade Ciara.

Lo que más falta hace «son libros infantiles pues los peques los devoran». Precisamente una estudiante de Enfermería está ordenando la estantería instalada en la zona de pediatría. Casi no hay niños esperando en la consulta pero según la enfermera Mercedes Jaso, «hay días en que son casi 80, desde los 0 hasta los 16 años, los que vienen a visitarse. Hay que contribuir a la lectura y así se están sentados y no corren por el pasillo», apunta.

Eduardo ha venido con sus dos hijos, de seis años y ocho meses: «El mayor ya empieza a leer y me parece muy bien que haya libros aquí». El pequeño Diego, de siete años, está entusiasmado y dice que seguramente se llevará alguno a casa. Le acompaña su abuela, Gloria, que cree que «esta iniciativa abierta está muy bien».

En la zona de adultos hay también una estantería con diversos ejemplares. Novelas, Historia, un poco de todo. Sara, una paciente, está ojeando la estantería: «He visto uno que me ha gustado. Así no te aburres en la espera». Cada quince días un grupo de voluntarios se ocupará de reponer. «Vamos en grupo, hoy estamos aquí cuatro», apunta Raúl, que cree que es muy importante colaborar para que la gente se anime a leer.

Ayer, la payasa Tomasa inauguró la actividad con un cuentacuentos, y reparto de globos y pegatinas que llevaban escritas frases de libros.