El colegio Liceo Europa de Zaragoza, que ha sido condenado a indemnizar con 5.326,16 euros a la familia de un niño de 7 años que sufrió acoso escolar, ha afirmado hoy que puso todos los medios a disposición del menor.

En un comunicado, el colegio asegura que durante los cursos en los que el menor estuvo escolarizado puso a su disposición desde tutores hasta el equipo directivo y el psicológico.

El centro muestra su sorpresa ante el hecho de que la demanda interpuesta por la familia se realiza un año después de la salida del alumno de la escuela y después de recibir la reclamación del colegio por varios recibos impagados.

Por otra parte, el colegio destaca que se sintió "sorprendido en su buena fe", ya que la psicóloga que en esos momentos trabajaba para el colegio "ocultó información que podría ser útil para completar el mapa de la situación que atravesaba el menor, atendiendo, paralelamente, de forma privada al niño".

El Liceo Europa subraya que tiene entre sus prioridades la máxima atención a las necesidades individuales de cada uno de sus alumnos a lo largo de toda su etapa escolar, tanto en el ámbito personal y psicológico como educativo, una misión "que viene desarrollando desde hace 49 años con la máxima dedicación, reconocimiento y prestigio".

En la sentencia del juzgado de Primera Instancia número 21 de Zaragoza, que se hizo pública ayer, se explica que tanto la tutora del pequeño como la psicóloga del centro reconocieron que el niño sufría acoso escolar y que "era maltratado por varios compañeros de forma continuada durante el recreo".

El juez considera "acreditado" que los servicios prestados por el colegio "no fueron los adecuados" para el pequeño, que sufrió "daños psicológicos que van remitiendo".

Las sospechas de que algo sucedía con el menor comenzaron a lo largo del año 2011, cuando sus padres advirtieron de que llegaba del colegio con cardenales, en alguna ocasión con las gafas rotas y estaba más retraído, según indicó la familia a través de un comunicado.

La situación no acabó hasta que los padres optaron por trasladar a su hijo a otro centro en octubre de 2012, cuando acababa de arrancar el nuevo curso escolar.

En aquel momento los padres no quisieron denunciar, solo "pasar página", pero poco después cambiaron de opinión al recibir por parte del centro una demanda, reclamándoles 1.965 euros por las cuotas de enseñanza, material y seguro escolar correspondientes al curso que ya había comenzado, y que dejaron de abonar, dado que cambiaron al pequeño de centro, además del importe de comedor y autobús (224 euros) del mes de octubre.

Estas cantidades, según los padres del menor, se pedían porque el colegio privado alegaba que era una baja "por motivos externos al centro".