Las desgracias nunca llegan solas, dice la sabiduría popular. Y eso le ha pasado a la zona de la Galliguera, entre las provincias de Huesca y Zaragoza, donde a la amenaza de la construcción de un embalse en Biscarrués se ha sumado ahora la de la contaminación de las aguas del Gállego. No se trata de dos fantasmas nuevos. Ambos planean sobre los pueblos afectados desde hace décadas.

Por eso la manifestación que se concentró ayer ante el Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, hizo de ambas causas (la oposición al pantano y a la contaminación por lindano) una sola. El dinero del pantano, para el lindano rezaba la pancarta que exhibieron las aproximadamente 200 personas que se congregaron a las seis y media de la tarde en el paseo de María Agustín.

Los concentrados llevaron una veintena de botellas y bidones rellenos con agua del Gállego, una por cada pueblo afectado por la presencia de restos del pesticida lindano, que se fabricó en Sabiñánigo desde 1975 hasta finales de los 80. "Pedimos que el dinero para Biscarrués vaya para descontaminar el río", afirmó Dolores Giménez, portavoz de la Coordinadora de Biscarrués.

"Llevamos 40 años bebiendo del Gállego", continuó Giménez, que exigió, en la lectura de un manifiesto, que se lleve a cabo un estudio epidemiológico de los habitantes de la Galliguera porque existen sospechas, corroboradas por médicos que han trabajado en la zona, de que existe una alta incidencia de enfermedades cancerígenas entre la población local.

La portavoz dijo que los habitantes están "hartos de mentiras" y pidió la dimisión de la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, a la ue reprochó que viajara a Benasque cuando se desbordó el Ésera y que no se haya acercado a los pueblos ribereños del Gállego. Además, Giménez dijo que la coordinadora está preparando una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente y que cuenta con la ayuda de grupos políticos que van a llevar su problema a Europa.

Por su parte, Jesús Estachod, presidente de la Coordinadora de Biscarrués, mostró su "decepción" por el encuentro que un grupo de afectados de los distintos pueblos acababan de tener con Modesto Lobón, consejero de Medio Ambiente.

"No tienen soluciones para este problema", lamentó. Y denunció que la contaminación de lindano está afectando negativamente a las empresas de ráfting del Gállego y también a las viviendas de turismo rural.

CALAVERAS

Entre los manifestantes había varios que se habían disfrazado del símbolo de la muerte, con guadañas y calaveras. Exhibieron una pancarta con un lema en aragonés: Preferimos dallar que emberenar, rezaba.

"Pedimos abastecimientos alternativos", señaló uno de los congregados. "Falta información", añadió. "No sabemos qué pasa si te duchas o friegas con agua del Gállego, es un verdadero desastre".

De lo que sí estaban seguros es de que las 150.000 hectáreas de Monegros que se riegan con agua del río pirenaico sí están contaminadas, como señaló José Antonio Cuchí, doctor en Químicas y residente temporal en Santa Eulalia de Gállego.

"No tiene sentido que hagan un pantano en Biscarrués con aguas contaminadas. ¿Quién va a querer regar con ellas?", se preguntó María Luisa Estachod, vecina de la localidad amenazada por el embalse.

"Si en lugar de ser el Gállego fuera el Llobregat o el Henares, ya se habría interesado el Gobierno central, pero como solo vivimos 1.000 personas no interesamos a la Administración", denunció Raúl Vicente, también de Biscarrués.