Los vertidos contaminantes de lindano ya tienen un origen claro. Según la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), proceden de escorrentías de la zona del barranco de Bailín que no atraviesan la zona de depuración y, por lo tanto, llegan sin tratar ni depurar al cauce del Gállego. Esta información fue transmitida ayer al consejero de Medio Ambiente, Modesto Lobón, y a los técnicos de su departamento en una reunión que tuvo lugar en la sede del organismo de cuenca en Zaragoza.

"Está claro que el problema se origina en el traslado de los residuos de lindano", subrayaron ayer fuentes de la CHE, que confirmaron de este modo una sospecha que había ido ganando fuerza a medida que pasaban los días y que ya fue denunciada hace tiempo por asociaciones como Ecologistas en Acción.

En la reunión de en la sede de la CHE, el presidente de la entidad, Xavier de Pedro, dejó claro que el Gobierno de Aragón debe actuar para poner fin a ese vertido incontrolado. En opinión de los expertos de la confederación, los restos de lindano pueden filtrarse por grietas hasta el barranco de Bailín y de este pasar al poco tiempo al Gállego, que discurre muy cerca.

INVESTIGACIÓN EN MARCHA

Por su parte, Modesto Lobón subrayó que el problema no se originó en la obra del vertedero de Bailín, sino, quizá, "en su entorno". En su opinión, la filtración al barranco a causa de las lluvias es "una primera hipótesis", pero su departamento "sigue trabajando en la búsqueda" de la razón del incremento de restos de lindano en el Gállego. Para ello se va a realizar un meticuloso rastreo del cauce del barranco de Bailín.

Las deficiencias en el movimiento de residuos de lindano del viejo al nuevo depósito, situado también en Bailín, han podido verse influidas por las lluvias caídas el pasado verano, en especial durante la primera quincena de julio. Entonces todavía estaba en marcha el proceso de transferencia de los restos de un emplazamiento a otro, una operación que se dio por terminada en septiembre.

Por otro lado, tras la alarma generada el pasado fin de semana en Anzánigo y en otros tres pueblos ribereños, atribuida inicialmente a un acto de sabotaje, parece que existe una tendencia a la baja. Así lo confirman los últimos análisis realizados, que en el caso de Villanueva de Gállego, dotada ya de nueva potabilizadora, han resultado positivos, por lo que ayer ya se levantó la prohibición de beber agua de boca en los grifos de las viviendas.

Mientras, el foco de la atención sigue estando en el vertedero de Bailín, donde el último análisis de vertidos, en el cauce del Gállego, ha ascendido a 1,3, muy lejos del mínimo permitido, que está en 5 partes por billón, según indicó Lobón.