Ningún grupo municipal ha recibido el borrador de presupuestos que el Gobierno PP-Cs planea presentar esta semana. La bisagra vuelve a ser Vox, con el que puede tener alguna concesión el alcalde, Jorge Azcón, para acercar a los dos concejales que le llevan hasta la mayoría y correspondiente aprobación de las cuentas, que esta vez llegarán a 825 millones de euros, con 65 para inversión, como publicó ayer este diario. Ni este grupo ni los de la izquierda han adelantado el sentido de su voto, aunque no se esperan sorpresas: 16 irán hacia la derecha, 15 a la izquierda.

Todas las áreas crecerán salvo dos: Alcaldía se reduce un 13%, hasta los 5 millones, y Presidencia y Hacienda baja un 7% para contar con 338 millones (solo en Personal se reduce 5 millones). El resto verá incrementada su dotación en más de un 10%, con excepción de Economía e Innovación y de Urbanismo, que experimentarán un aumento superior al 20%. Además, Vicealcaldía crece un 16% en la estimación del borrador, que incluye que Zaragoza recurrirá a los bancos para captar deuda tras varios años sin poder hacerlo debido a la regla de gasto.

La concejal del PSOE Ros Cihuelo recuerda que «ofrecimos negociar los presupuestos en un año clave marcado por la pandemia, pero hasta el momento solo conocemos las cuentas por los medios de información», lo que entiende como «poca higiene democrática». «Tendremos que estudiarlo con detalle, pero se han perdido días clave al poner como excusa no haber recibido fondos externos», explica Cihuelo, que considera «cínico» que anuncien amortizar deuda "cuando en paralelo están pidiendo financiación".

Pedro Santisteve, portavoz de Zaragoza en Común, entiende que hay «una flagrante falta de información y voluntad de negociación» al no disponer todavía de la propuesta de presupuestos. «Por esta razón, nuestra valoración no puede ser rigurosa, aunque sí vemos que las cifras demuestran que la situación no era tan catastrófica como nos hacían creer. Lo que no justifica sus recortes y negativas a ayudas directas. Tampoco se conoce la cifra de ingresos estatales definitiva. Por lo tanto, si se han retrasado es por falta de capacidad de gestión y no por la incógnita de ese dato».

En el grupo municipal de Podemos creen que un presupuesto ambicioso «necesita deuda», aunque tanto el alcalde como la concejal de Hacienda «dijeron que no pedirían nada porque no se podía y no estaba en sus planes», explica Fernando Rivarés, que entiende que el tiempo y la realidad «han vuelto a dar la razón» a Podemos: «Necesitamos captar deuda para invertir porque las cifras dejadas lo permiten y porque el Gobierno de España ha relajado por fin la presión que atenazaba a los ayuntamientos. Pero creo que los presupuestos que van a presentarnos no son ambiciosos, no contemplan suficientes inversiones y denotan que el gobierno de Zaragoza lleva un año fingiendo una situación económica dramática que nunca fue real».

«No se nos ha presentado ni un borrador a los grupos de la oposición, pero vamos conociendo por la prensa detalles como que se va a reducir en 5 millones el gasto en personal, cuando se va a dejar de ejecutar el 5%. Disminuir el gasto para personal municipal tendrá consecuencias nefastas para el buen funcionamiento de los servicios públicos», concluye el portavoz morado.

Por último, a Vox le parece «temerario» recurrir al endeudamiento. «Estos esfuerzos de hoy los pagarán nuestros hijos y nietos, a los que estamos hipotecando su futuro», dice su portavoz, Julio Calvo, que precisa que antes de recurrir a la deuda «hay que hacer un esfuerzo sincero y real de ajuste, centrándose en las necesidades reales de los ciudadanos, limitando gastos superfluos y ajustando la estructura de órganos directivos, que hoy, con el gobierno de Azcón, es la más abultada de toda la etapa democrática», afirma el concejal del grupo municipal, que no se olvida del PSOE: «La portavoz socialista, Lola Ranera, dijo que estaba dispuesta a arrimar el hombro. Que lo haga, que hable con Lambán para que abone al Ayuntamiento de Zaragoza las deudas pendientes, y así no tendremos que endeudarnos».