«Zaragoza tiene más de 2.000 años de historia», les contaba María Jesús, guía turística en la capital aragonesa, a los nueve turistas que ayer la acompañaron y quisieron conocer la ciudad y su historia. Junto a la escultura de César Augusto, frente al Mercado Central y los restos de la muralla romana, comienza el tour que retomó Zaragoza Turismo el miércoles.

Entre los participantes del paseo guiado, Óscar y Vera, junto a sus hijas de 4 y 2 años, viajaron a Zaragoza desde Perbes, en la provincia de La Coruña. «Llevamos bastante tiempo esperando a venir y este año aprovechamos la situación para hacer turismo nacional y dejar el dinero aquí», comentó Óscar. Hace 20 años que conoció la ciudad y ahora en esta visita también tienen planeado acercarse a otros puntos como el Monasterio de Piedra.

De ruta por el país es el plan de Victoria, junto a sus amigos «erasmus» de Galicia, Perú y Argentina. Visitaron el Casco Histórico y eligen el Pilar como «lo más bonito».

De la catedral salió Lucía con mochila a la espalda. Una joven brasileña que realiza actualmente un doctorado en Barcelona y visitaba la ciudad con solo dos horas de tiempo, para retomar su andadura hacia Andorra. «¿Tienes alguna sugerencia?», preguntó para saber qué otros rincones esconde la capital aragonesa. Destacó que «está muy limpia y tiene mucha cultura para descubrir».

Viajar en tiempos de pandemia mantiene a los turistas con mayor precaución. «Es cierto que se vive con un pellizco en el estómago, pero estamos tranquilos porque vemos que aquí la gente guarda la distancia y va con mascarilla», dijeron Felipe y Wendy, una pareja de Vitoria.

El tránsito de visitantes no era el mismo dentro de las tiendas de recuerdos, donde lamentan que «no hay turistas». Estos establecimientos viven de la llegada de visitantes y muchos continúan con ERTE o se ven abocados al cierre. «Esta tienda de aquí al lado ha cerrado definitivamente después de 30 años abierta», comentó la dueña de un puesto frente al Pilar.

El mes de julio, en circunstancias habituales, es temporada alta, «y estamos vendiendo un 80% menos», aseguró José Antonio, propietario de la tienda Regalicos, donde suben la persiana desde hace 24 años y hoy en día reciben a clientes locales en su mayoría. El visitante extranjero casi no se deja ver todavía por la capital aragonesa y entre el nacional, algunos la eligen como ciudad de paso. Aunque también están los que se quedan durante todas sus vacaciones.