Ángel E. A., vigilante de seguridad en paro de 23 años, se enfrenta a una pena de cinco años de prisión por tentativa de homicidio, fruto de los navajazos que, según considera la Fiscalía, le asestó a un guardia civil de paisano en el transcurso de una pelea en la calle Marrodán de Tarazona, la madrugada del 11 de abril del 2010. El joven, que por entonces tenía 19, aseguró ayer ante los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza que la navaja que empleó la llevaba "para merendar", y que la sacó "para que se apartaran" los agentes que le estaban golpeando. Pero aseguró que no le había dado a nadie, "a no ser que al quitarme la navaja...", se hirieran, apuntó.

Según su relato, salía de un bar con un amigo suyo, Fabricio Orlando T. C., y tras una discusión por algo que le dijeron a la novia del segundo comenzó una bronca, en la que terció "para separar". Vio llegar a "una mujer con un vaso", que "no se identificó" como guardia civil.

Aunque admitió que ya la conocía de haberle detenido en otras ocasiones, no acertó a explicar por qué entonces no le puso cara. Aunque apuntó que, tras haber ingerido vodka con Red-Bull, esnifado cocaína y speed y fumado "unos porros", iba "contentillo". Su abogada, Gema Calahorra, recordó que ya no consume drogas y pidió para él la absolución, o en su caso que se le tenga en cuenta la atenuante de embriaguez.

Contó que la mujer le siguió, terminó agarrándole del cuello y luego ella y otros se le "abalanzaron" por detrás, y entonces sacó la navaja y se la quitaron.

GUARDIA CIVIL La "chica que venía con un vaso", a la sazón guardia civil, dio una versión distinta. Aseguró que el joven le increpó diciéndole "qué me vas a hacer, si eres guardia civil". contó que la zarandeó, la empotró contra una verja, y luego llegaron sus compañeros, que estaban fuera de servicio, como ella, y les separaron. Entonces, según su relato --corroborado por sus compañeros--, Ángel puso una navaja en el cuello de uno de ellos, y al intentar reducirle le intentó "pinzar" (sic) varias veces en el abdomen y el corazón.

Por ello, la Fiscalía le pide los citados cinco años, más dos y medio por atentado contra la autoridad y uno más por lesiones, además de una falta de lesiones por las más leves que le produjo a un tercer agente.

Cuando le tenían reducido, según narró el agente apuñalado, llegaron sus dos compañeros, y tras darle "una h... como un camión", consiguieron liberar a Ángel, cogieron la navaja y la tiraron a un tejado, donde luego la hallaron los Bomberos.

Los dos amigos, Fabricio Orlando T. C. y Marlon Giovanny A. M., defendidos por Domingo Hoya, negaron su participación, por la que se enfrentan a penas de año y medio por atentado. El primero, que sí reconoció que acompañaba a Ángel E. A., dijo que volvió al lugar del primer rifirrafe --el surgido a raíz de su novia-- para coger su gorra, y al volver con su amigo vio que varios "le tenían cogido", y llamó a la Guardia Civil. También negó que los agentes se identificaran.

Marlon Giovanny, por su parte, negó incluso que fuera amigo de los otros dos. Aseguró que estaba en un hostal, en el portal frente al que ocurrió la pelea, y bajó porque los ruidos despertaron a sus hijos. "Me identifiqué, pero me golpearon", afirmó.