Del invierno al verano de repente. Es la predicción que desde el Instituto Nacional de Meteorología (INM) de Aragón se hace como consecuencia de la inestabilidad climatológica que se está registrando esta primavera, "más fresquita y húmeda de lo normal". "Sólo con las lluvias caídas hasta ahora ya se puede calificar el 2004 como un año húmedo, ya que en algunas zonas se han superado con creces los niveles pluviométricos anuales", reconoce Antonio Gordo, jefe del servicio de Predicción del INM de Aragón. Quizás por ello, se intuye que este verano también estará pasado por agua.

Más lluvias, temperaturas por debajo de las esperadas y viento, mucho cierzo. Ese ha sido el panorama climatológico hasta el momento. "Esta primavera se está caracterizando por su variabilidad. Es decir, no existen ciclos largos meteorológicos similares, sino que cada tres o cuatro días se pasa de la lluvia al seco o del seco a la lluvia", añade.

LA PREDICCION "La clave de estos últimos días está en el cierzo, que conforme se ha calmado se han recuperado también las temperaturas", explica Antonio Gordo refiriéndose a la pasada semana. Este responsable prevé que los termómetros alcancen los 25 y 26 grados durante los próximos tres días, como se ha registrado durante el fin de semana. "Pero a partir de miércoles, previsiblemente volverá a empeorar el tiempo", afirma. Si es así, la lluvia y el viento deslucirán el enlace real del sábado en Madrid.

El pasado año, y por estas fechas, el calor superaba las temperaturas consideradas como habituales para la primavera. Y en el mes de junio se produjo una intensa ola de calor que prosiguió durante el verano provocando la muerte de varias personas en Zaragoza. Pero este año parece que la humedad acumulada puede favorecer el desarrollo de fenómenos tormentosos a lo largo de los meses de verano.

Las lluvias han sido intensas también durante el invierno, acompañadas incluso por la nieve y los grandes bancos de niebla. Aunque los meteorólogos no se aventuran a predecir más allá de los diez días, todo hace indicar que el verano viene tormentoso.