Axel y África lo tenían casi todo preparado. A finales de mayo, ambos, mellizos, iban a tomar la Primera Comunión junto al resto de compañeros de su colegio. Pero el coronavirus ha obligado a aplazar la cita. Así se lo ha comunicado ya la parroquia a todas las familias, que ya reorganizan agendas y planes. En su caso, el evento ha quedado emplazado ya a octubre. "Nos tocaba la última semana de mayo pero la parroquia ya nos ha dicho a todas las familias que no se va a celebrar ninguna y todo queda aplazado a partir de la última semana de septiembre, cuando se celebrarán las que estaban previstas para primeros de mayo. A nosotros nos toca en octubre", explica Ruth Gascón, madre de los mellizos.

El traslado lo cambia todo. "El restaurante aún no me ha contestado a la notificación de la cancelación, pero no me voy a agobiar", dice Ruth, que lo tenía casi todo concretado. "No me había estresado demasiado. El vestido de la niña ya lo tenía y para el niño iba a aprovechar el de su hermano mayor, pero con el aplazamiento tendré que comprarle otro porque el pantalón ya no le valdrá". Aunque el principal escollo será el restaurante. "Va a estar complicado, supongo, porque para septiembre y octubre ya estarán reservados para bodas". Pero, por si acaso, Ruth ya planea alternativas. "La familia tiene un pequeño terreno en Garrapinillos y, a una mala, se monta ahí una carpa y listo. Ademas, no íbamos a ser muchos los invitados, simplemente los más cercanos".

Sin embargo, otras familias lo tienen peor. "Conozco padres que están muy enfadados porque habían reservado hoteles para que durmieran los invitados que vienen de fuera y el cambio de fecha lo va a hacer todo mucho más complicado".