El consejero aragonés de Medio Ambiente, Modesto Lobón, reconoció ayer que los 12 millones de euros con los que contará de forma inicial el Protocolo del Plan Integral de Descontaminación del río Gállego contaminado por lindano "son pocos", pero añadió que después de esos "vendrán más".

Lobón así lo aseguró en el pleno de las Cortes, en respuesta a una pregunta formulada por el diputado de CHA Joaquín Palacín, quien se interesó por la "desproporción" entre la inversión de 750 millones para paliar los efectos de la catástrofe del Prestige en el año 2002 y la inversión de solo 60 millones en descontaminar Inquinosa y los vertederos de Bailín y Sardas, "pese a que el volumen de residuos sea mucho mayor".

El consejero hizo referencia durante su intervención al protocolo que firmó el jueves con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, y que prevé destinar ocho millones al abastecimiento alternativo de Villanueva de Gállego y otros cuatro a la limpieza del barranco de Bailín y a la conducción que evite que el agua de escorrentía contaminada acabe en el Gállego.

"Ciertamente son pocos, pero es la primera acción. Luego habrá más hasta que se termine la descontaminación". Palacín, por su parte, calificó de "absolutamente vergonzosa" la cantidad de 20 millones de euros destinados en 20 años a descontaminar los suelos y las aguas que causó la actividad de Inquinosa.

También el movimiento LindaNO, criticó el convenio, que consideró "un insulto al medio rural" y "papeles mojados" al no haber una "solución definitiva" ni un calendario establecido.

Consideraron "insuficiente" la cuantía cuando "según un estudio de hace unos años por el propio Gobierno de Aragón, se estimó en más de 400 millones" la cantidad necesaria para resolver el problema.

VILLANUEVA DE GÁLLEGO El movimiento criticó que el 40% del dinero previsto sea para el abastecimiento exclusivo del pueblo de Villanueva de Gállego con sus 4.600 habitantes. "¿Qué pasa con el resto de los 55I400 habitantes afectados o amenazados?", se preguntaron. "Es una gran discriminación al medio rural y a los que se alejan de Zaragoza. Es una pena que se piense en obras locales en vez de pensar en un plan integral. Da la sensación que las administraciones no quieren ser consientes de la magnitud del problema y de sus afecciones", señalaron.