El pueblo de Luceni, en la Ribera Alta del Ebro, rindió ayer homenaje a los 120 fusilados y represaliados de la localidad durante la guerra civil, un acto al que asistió el presidente de Aragón, Javier Lambán.

En el transcurso de la ceremonia, el jefe del Ejecutivo aseguró que, de esta forma, Luceni se adelanta al desarrollo de la Ley de Memoria Democrática que prepara el Gobierno de la comunidad.

Esta normativa, esperada con interés por todas las entidades que trabajan en la recuperación de los caídos del bando republicano, habilitará recursos para que puedan proseguir las exhumaciones de fosas comunes, que se han reducido drásticamente desde que el PP está en el Gobierno central.

«Si queremos que el árbol esté vivo hay que cuidarlo para que esté anclado con raíces profundas», manifestó Lambán. El presidente pidió que se recuerde siempre a aquellos hombres y que su testimonio ilumine siempre nuestro camino».

El presidente redobló el compromiso con los mismos valores que emanan de la memoria de nuestro pasado: la paz y la no violencia como única vía de resolución de los conflictos, el pluralismo político como hogar de la diversidad de pensamiento y la equidad y la justicia social.

Javier Lambán fue recibido esta tarde por la alcaldesa de la localidad, Ana María Arellano Badía, en el pabellón municipal. Después, tras las palabras de la alcaldesa, intervino el historiador e investigador Victorino Ortega López, natural de Luceni, que hizo un recorrido histórico por la historia local durante la guerra civil. Más tarde, se leyeron los nombres de los 120 vecinos asesinados. El acto terminó en el cementerio con el descubrimiento de una placa en un monolito «en memoria de los fallecidos de la guerra civil y represaliados durante el franquismo».