La fiesta del Jueves Lardero volvió a reunir a una inmensa cantidad de zaragozanos, que dieron buena cuenta de unas seis mil raciones de longaniza, este año de ternasco y no de cerdo por el patrocinio de la Denominación de Origen Ternasco de Aragón. Poco importaba la ubicación, este año en el parque de Delicias, y el tiempo, que amenazó lluvia y al final se apiadó de los asistentes.

A las 18.30 horas en punto, una interminable hilera que serpenteaba el parque, que se perdía hasta casi las inmediaciones de la calle Vía Univérsitas, aguardaba ansiosa. Ocho escalones contados y traicioneros (también había un acceso para minusválidos) son los que separaban a los más madrugadores antes de alcanzar las dos mesas con el ansiado botín. En la cola, un asistente ya se relamía de gusto: "¡Ya huele a ternasco!", se regocijaba en voz alta. Al lado suyo, un miembro de la Peña la Albarda, que ya había dado buena cuenta de su ración, apostilló: "Y además lleva aceitico con ajico".

"Pues para mí es mucho mejor en el auditorio", opinó Ángel, quien, con Paloma y otra amiga, guardaban cola varios metros por detrás de la línea de llegada. "Menos mal que ha parado de llover, porque si no a ver cómo nos resguardamos", reflexionaba. Y eso que el hombre vive en Delicias, aunque su compañera Paloma venía desde el Actur.

Antonio, peñista, bocadillo y cerveza en ristre, apoyado en una de las vallas, controlaba con la mirada a todo aquel que no guardaba el orden. "Hemos aprendido de otros años, como es normal, y esta vez todo marcha mucho más fluido".

En orden

En una de las mesas, Adela repartía bocadillos y sonrisas a buena velocidad mientras aseguraba que aún no había caído en la tentación, "pero el estomaguillo nos hace jugos ya, ¿eh?". Peñistas ayudando a los mayores a salvar los escalones, y también a lo padres, que accedían a la carpa con los carritos de bebé. La policía, con su sola presencia junto a la última curva de la serpenteante hilera, disuadía a quien quisiera colarse. Y agentes de paisano, vigilando la posible presencia de carteristas.

Remontando la marea humana, Inés: "Esta fiesta me gusta. Vengo desde hace un par de años, no te vayas a pensar, y este sitio me pilla bien cerca porque soy del barrio". Bajo la carpa, unos y otros departían en grupos hasta que empezó el espectáculo. Dos bailarines asomaron bajo el foco: él, con pajarita y tirantes; ella, con vestido estampado, se movieron ágilmente con las notas del animoso Footloose de Blake Shelton.Ante la atención de todos, aparecieron Lola Moreno y Miguel Ángel Arregui al micrófono.

El Jueves Lardero también se vivió en el barrio de San Gregorio. Y los oscenses se reunieron en la plaza Ignacio López Allué y despacharon 75 kilos de longaniza.