Ayer fue Jueves Lardero y Zaragoza, como todos los años, celebró este comienzo del Carnaval como merece: con longaniza -en el puchero, en la sartén o como guste el comensal- y muy buen ambiente en las calles de la ciudad, a pesar de que el frío también quiso estar presente en la jornada. Sin embargo, los zaragozanos no se desanimaron ante las inclemencias del tiempo, con rachas de viento y temperaturas bajas, y un buen número de ellos acudió a los distintos actos que se organizaron en varios puntos de la capital aragonesa

El principal, organizado por el consistorio, tuvo lugar en la plaza Miguel Merino, enfrente de la sala Multiusos del Auditorio. Allí aguardaban hasta 5.000 bocadillos de longaniza a los asistentes que acudieron al acto, que comenzó un poco antes de las seis y media de la tarde. Conforme el visitante se acercaba, podría apreciarse el éxito del evento. La parada del tranvía de la plaza del Emperador Carlos V ya dejaba entrever que algo pasaba cerca, puesto que buena parte de los viajeros se quedaban en ella y se encaminaban al lugar. Una vez allí, la ubicación de la plaza, a la que se accede bajando por unas escaleras, permitía ver desde lo alto la curiosa forma de las colas de personas que aguardaban su ración. Precisamente, una disposición que recordaba a las vueltas de longaniza que esperaban degustar entre pan de un momento a otro. Una vez abajo, el ambiente, festivo y familiar, estaba a la altura de las circunstancias, ya que una charanga amenizaba la espera con canciones típicas como Tírate de la moto.

La organización también supo responder a la cita. En ese sentido, cabe destacar el trabajo de Interpeñas, que se ocupó de tareas como la preparación de los bocadillos y las bebidas, además de su reparto, a los que se unieron los 25 voluntarios del ayuntamiento que participaron en la fiesta. Otras entidades y empresas, como Mercazaragoza, se sumaron a la cita proporcionando comestibles.

Luis Merchán, de Zaragoza Cultura, remarcaba que se trata de una cita «súper arraigada» y que, en esta edición, la asistencia rondaría, al menos, las 4.000 personas a pesar del frío. «Por la gente que hay en la cola, es una tradición que se mantiene viva, que perdura, y que tiene visos de que en los años venideros aquí seguirá», afirmaba. Acerca de la colaboración con otras entidades para llevar a cabo el evento, subrayaba que esta resulta «fundamental» y destacaba la labor de Interpeñas, de la que espera que continúe en años venideros. Adrián de la Rosa, de la peña El Bullizio D’Aragonés, se mostraba contento con que siga esta colaboración y destacaba la labor de las peñas para que todo saliera de la mejor manera posible.

En esta celebración tuvieron también su bocadillo las personas celíacas, como viene siendo habitual desde hace unos años. La Asociación Celíaca Aragonesa dispuso longaniza y pan adecuado para que disfrutaran del Jueves Lardero.

No quedó la fiesta solo en la merienda, sino que a partir de las 19.00 horas la sala Multiusos ofreció la actuación de Lola Moreno y Miguel Ángel Arregui, quienes interpretaron canciones «de toda la vida», como explicaba Mechán. Tras ello, desde las 21.00 horas y hasta las once de la noche, una verbena comandada por un DJ concluyó la jornada.