La localidad de Longares, a 40 kilómetros de Zaragoza, empezó ayer a realizar el cálculo de los daños sufridos en la catastrófica tormenta que asoló el municipio el pasado domingo por la tarde. Y el mismo proceso de recuento de daños se llevó a cabo en numerosas localidades aragonesas que fueron golpeadas por la tormenta, como Utebo, Fuentes de Ebro, Ejea o el barrio zaragozano de Garrapinillos, donde los Bomberos realizaron 10 intervenciones de retirada de árboles

En Longares, el fenómeno atmosférico, que llegó acompañado por granizo y vientos huracanados de unos 130 kilómetros por hora, dejó 25 litros de agua por metro cuadrado y más de 30 árboles de gran porte derribados en las piscinas municipales, las zonas verdes y las huertas más próximas al casco urbano, así como en el cementerio.

«Mañana pediremos a los vecinos que vengan al ayuntamiento con la evaluación de los daños que han sufrido y, una vez los tengamos todos recopilados, se trasladarán a quien corresponda para obtener ayudas», manifestó Miguel Jaime Angós, alcalde de Longares, que se mostró pesimista respecto a la posibilidad de conseguir que el municipio sea reconocido como zona catastrófica.

Longares, con un millar de vecinos, aún no ha tenido tiempo de evaluar los desperfectos. «De momento no hemos hecho un balance de los daños, nos estamos centrando en retirar los árboles y las ramas que cayeron el domingo», explicó el regidor, que subrayó que «fue una suerte que no pasara nada».

NADIE EN LA PISCINA

«Pasó sobre las tres de la tarde y la gente estaba en casa comiendo y esperando la retransmisión del Mundial, pero, otro domingo cualquiera, hubiera habido un montón de bañistas en la piscina», señaló Miguel Jaime, que recordó que dos chapas metálicas de la cubierta de una nave próxima cayeron en uno de los vasos de las piscinas municipales.

En Primero se actúa en las piscinas, donde una brigada municipal retira las ramas y trocea los troncos de los árboles arrancados por el vendaval. Después, los trabajadores se moverán al anillo verde que rodea la localidad.

INFORME METEOROLÓGICO

Los tejados también sufrieron cuantiosos daños, así como los viñedos del entorno del pueblo, dado que Longares se halla en la comarca de Cariñena y pertenece a esta denominación vitivinícola.

«En cuanto al viñedo, sabemos que el granizo destruyó al cien por cien alrededor de 200 hectáreas, de forma que la producción se ha perdido totalmente en esas parcelas», añadió Miguel Jaime.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) envió un técnico a Longares para que realice un informe de las condiciones en que se registró el suceso. Según datos de este meteorólogo, el viento podría haber soplado, en principio, a 130 kilómetros por hora, una velocidad inusual y totalmente anómala en la zona.

«Se trata de un dato de gran importancia», subrayó el alcalde. «En función de la velocidad del aire, los gastos los asumen las compañías de seguros o el consorcio», explicó.