"La gente abandona la vida en la ciudad y vive en urbanizaciones de adosados y chalets en los pueblos periféricos, que están colonizando el mundo rural. Estas personas, que en el pasado venían con idea de echar raíces e incluso se implicaban en la gestión política del pueblo, viven ahora en un universo de casas individuales, donde no hay proximidad con los vecinos". Con esta advertencia clausuró ayer Gillbert Dallarosa, de Pau, el Congreso Internacional de Desarrollo rural, social y comarcal que durante tres días de ha celebrado en Zaragoza.

Dallarosa aseguró que la razón de la emigración a los pueblos es, por ejemplo en Francia, puramente económica. Un movimiento que está haciendo que el medio rural se llene de empleados, obreros, representantes de las clases medias, "con una distancia mental muy grande respecto a lo agrícola", pero exigiendo a los pueblos todo tipo de servicios.

Enrique Gastón, director del congreso, realizó un balance positivo del mismo, tras las seis conferencias de expertos de distintas universidades europeas; los cuatro grupos de trabajo y los quince talleres. Más de 300 personas de más de 30 nacionalidades han participado en las jornadas.