El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza Ramón Barberán es uno de los autores del estudio que el miércoles se presentó en Madrid centrado en las balanzas fiscales. Las conclusiones del documento, que presenta el déficit o el superávit de las diferentes comunidades autónomas, se está utilizando por los gobiernos de todo color político para poner sobre la mesa sus reivindicaciones en el futuro modelo de financiación. El profesor zaragozano admite que los factores territoriales tienen un "peso demasiado reducido" en el modelo.

Barberán no quiere profundizar en la valoración del sistema de financiación. Pero sí admite que antes de su reforma debería aclararse el coste de la prestación de los servicios por las comunidades autónomas. "Se debe decidir si se quiere que en todas los territorios pueda tenerse el mismo nivel de servicios si realizan igual esfuerzo fiscal", precisa. Esta son las cuestiones sobre las que hay que ponerse de acuerdo, en su opinión. "Se trata de una discusión que puede hacerse al margen de las conclusiones o de los datos que ofrece nuestro estudio", señala.

Aragón defiende que la población pesa demasiado en el reparto de la financiación y que se deben tener en cuenta otros factores como la dispersión o el envejecimiento. "Hay comunidades que quieren que se prime el número de personas que vive en el territorio. No es el caso de Aragón, que persigue lo contrario. Pero la fuerza de los votos parece estar con las primeras", explica.

También destaca Barberán --tal como se desprende del estudio sobre el sistema de cuentas públicas territorializadas-- que existen comunidades que tienen un trato preferencial. Se refiere al País Vasco y a Navarra, que disfrutan de unas condiciones "ventajosas" respecto al resto. En su opinión, estas no contribuyen a la nivelación de la capacidad fiscal de las comunidad autónomas que se lleva a cabo a través del fondo de garantía de servicios públicos fundamentales y del fondo de suficiencia global. De hacerlo la equidad del sistema de financiación sería muy superior a la actual. "Ese sería el principal cambio a hacer en el modelo", subraya.

SALDOS RELATIVOS Más allá del modelo de financiación autonómica, el catedrático profundiza en las conclusiones del estudio presentado en el Ministerio de Hacienda. Señala que no solo se han calculado los saldos fiscales relativos, sino que también se aportan los saldos fiscales absolutos. Es decir, los reales, pues en los relativos se les ha quitado el déficit de la Administración central y se ha repartido entre todas las comunidades en función de su población.

Si se toma el saldo fiscal absoluto, Aragón tuvo en el 2011 un superávit de 1.988 millones de euros --el relativo, sin el déficit, es de 633--. Y Cataluña, comunidad de la que más se ha hablado estos días, un déficit de apenas 859 millones --frente a los 8.455 millones que se han difundido--.

Barberán apuesta por fijarse para determinar la situación real de cada comunidad en la relación que vincula el saldo per cápita con el PIB per cápita. Si se analiza es fácil darse cuenta de que Valencia, Baleares y Murcia reciben menos de lo que les correspondería, que Cataluña está bastante equilibrada, pese al discurso nacionalista, y que Aragón debería tener un saldo negativo a juzgar del PIB per cápita que tiene. No obstante, cuando se toma la población como variable de referencia se incurre en un sesgo que perjudica a los territorios menos poblados.