La manifestación por el centro de Zaragoza en defensa de los derechos de los trabajadores de FCC Parques y Jardines podría dejar de ser hoy un conflicto solo laboral para pasar a ser también político. Al final, el rechazo a la rebaja salarial del 21,5% aplicado al personal derivó en un pulso entre el alcalde, Juan Alberto Belloch, al que ayer le pedían la dimisión en las calles, y el concejal de IU Raúl Ariza, por su doble condición de edil y presidente del Observatorio de la Contratación. El socialista avisó de que el hecho de que asistiera no lo comprendería y apeló a "la buena voluntad y sentido común" de un "colaborador" suyo, por haber delegado en él la dirección del observatorio.

Ariza le replicó, ya en la manifestación, que no le iba a "coaccionar" porque le ha "votado el pueblo, no el alcalde". "Lo único que temo es, como Astérix, que se me caiga el cielo", comentó ante las posibles consecuencias que podría tener hoy mismo.

Un pulso que no eclipsa el motivo de la marcha, a la que acudieron más de un centenar de personas: reprocharle al consistorio que "nos trata como a trabajadores de segunda" por no mediar como en el conflicto del bus, y a la empresa que "está agravando" el problema. Y que la huelga del día 24 solo se desconvocaría si se "respetan las condiciones del pacto laboral" y no hay recortes salariales. La posibilidad de que FCC ofrezca una rebaja inferior al 5%, como adelantó este diario, solo "cambiaría el talante" en una negociación, "rota" y en las que están dispuestos a "ser flexibles" en posibles medidas "a largo plazo".