La gran mayoría de los médicos internos residentes (MIR) ha estado en la primera fila contra el covid-19 y eso ha afectado a su aprendizaje como especialistas y les ha impactado a nivel psicológico y emocional, por lo que una opción sería ofrecerles la prolongación de este periodo formativo. Estas son las principales conclusiones de un estudio coordinado por el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza y dirigido a médicos residentes y tutores a través de las comisiones de docencia de hospitales públicos y privados de todas las comunidades autónomas.

Durante la primera ola de la pandemia, dos tercios de los residentes (67,9 %) fueron asignados, en algún momento, «al contacto directo con los pacientes en las salas covid o a los servicios de urgencias» y, tras ese periodo, una quinta parte afirma que sigue involucrado en esas tareas. Esa dedicación ha obligado al 81,3 % de los encuestados a posponer al menos una rotación esencial y, de ellos, el 76%, no ha tenido la oportunidad de recuperarla, en especial los residentes de los últimos años. En la elaboración del informe, llamado Coste formativo y de bienestar personal de los residentes sanitarios durante la pandemia de covid-19 en España, han participado un total de 2.380 residentes (un 8,7 % de 27.263) y 1.740 tutores (un 25,8 % de 6.750), que respondieron a un cuestionario online entre los meses de octubre y noviembre de 2020.

Los MIR, tras finalizar la universidad y aprobar un examen selectivo, continúan su formación en los hospitales, un periodo de residencia entre tres y cinco años en los que hacen rotaciones por diferentes unidades y servicios, algunas obligatorias para cada especialidad y otras optativas.

Más de la mitad de los tutores (55,8 %) considera que el aprendizaje de sus residentes se ha visto afectado de «forma significativa», siendo el impacto mayor en las especialidades quirúrgicas y en medicina de familia y comunitaria.

La «sobrecarga de trabajo y de responsabilidad» por el covid también ha pasado factura a los MIR en el ámbito psicológico y emocional: el 73,6% ha tenido miedo al contagio, un porcentaje similar se ha mostrado más irritable; un 64% ha sufrido alteraciones del sueño y casi una quinta parte recibió medicación, principalmente ansiolíticos.

Prolongar la residencia, ¿una opción real?

«Los residentes han tenido un papel muy importante, este trabajo refleja que la pandemia ha supuesto un sacrificio en su formación y una pérdida de oportunidades y esto debe ser suficientemente reconocido», señalan los coordinadores del estudio, José Ramón Paño, facultativo del Servicio de Enfermedades Infecciosas, e Izarbe Merino, médica residente del Servicio de Medicina Interna del citado hospital.

Pero la pandemia también ha sido una oportunidad de aprendizaje médico aunque, reitera el estudio, en detrimento de la formación en las habilidades y competencias de las diferentes especialidades. Preguntados por diferentes opciones para minimizar las consecuencias de la pandemia en la formación especializada, el 53,7% de los residentes y el 54,4% de los tutores consideran oportuno poder prolongar el periodo de residencia en algunos casos.

Si se considerara esta opción, «esta oferta debe individualizarse según las necesidades de los residentes y no debe ser perjudicial para sus oportunidades profesionales», precisan los autores.