El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) aprobó ayer dar luz verde a la rescisión de la concesión del canal de aguas bravas en el parque del Agua de la capital aragonesa con la empresa Loteta Sports, que ella misma había solicitado. Nueve años hace que terminó su construcción, acumula tres actuaciones de reparación y continuan las filtraciones de agua en sus vasos, y su viabilidad económica es hoy un imposible. Así que se impulsa el final de un contrato que deja al borde del cierre indefinido una infraestructura en la que la ciudad invirtió 6 millones de euros.

El portavoz del Gobierno de ZeC, Fernando Rivarés, aseguró que esta solución era satisfactoria para todas las partes pero no se quedará ahí. Ayer mismo anunció que va a encargar una auditoría que ayude a esclarecer los problemas «en origen» que tiene el canal de aguas bravas para seguir con las deficiencias, que se remontan a su ejecución y que no terminan de solucionarse. El plazo para presentar ofertas terminaba ayer y se han presentado ocho empresas para realizar ese examen exhaustivo.