El Ministerio para Transición Ecológica no contempla recurrir la sentencia de la Audiencia Nacional que el pasado jueves declaró nulo el proyecto de construcción del embalse de Mularroya debido a que incumple la Directiva Europea de Marco del Agua.

La noticia fue saludada con una intensa satisfacción por los recurrentes, desde la asociación Jalón Vivo a la entidad ecologista SEO BirdLife, que han batallado contra lo que denominan «trasvase del Jalón al Grío» desde que, a principios de siglo, se presentó el plan para mejorar y ampliar los regadíos de los frutales de Valdejalón y mejorar el suministro de agua de varias poblaciones de la comarca.

La actitud del Ministerio para la Transición Ecológica no es nueva. Al contrario, se inscribe en una línea que ya cuenta con importantes antecedentes. De hecho, en mayo del año pasado anunció que renunciaba definitivamente a la construcción de otro embalse en Biscarrués, sobre la cuenca del Gállego.

Golpe moral a los partidarios

El hecho de que el ministerio haya decidido arrojar la toalla no significa que se haya agotado el recorrido judicial, pero es un grave golpe moral para quienes apoyan el proyecto, como la UTE encargada de las obras y el sindicato de riegos del Jalón. Estos últimos, con todo, tienen en su mano la posibilidad de recurrir ante el Tribunal Supremo, si bien ahora no tendrán el respaldo de la impulsora de la iniciativa, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), un organismo que depende del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

«Eso es lo que nosotros proponíamos al ministerio y es lógico que haya adoptado esa decisión», señaló ayer Luis Tirado, responsable de SEO BirdLife en Aragón. De igual manera se expresaron en Jalón Vivo, que siempre ha considerado que el proyecto de embalse no cumple los más mínimos requisitos medioambientales y que, además de destruir el paraje de Mularroya, solo servirá para retener un agua muy contaminada, imposible de dedicar al consumo humano.

En este sentido se expresó Manuel Mercado, que está a la cabeza de Jalón Vivo y que recordó que ya ha habido «cuatro sentencias contrarias a la construcción de la presa, tanto de la Audiencia Nacional como del Tribunal Supremo».

Proteger el entorno

En todas estas resoluciones, se hace hincapié en que no se cumple la normativa que protege tanto las aguas como la vida acuática y la vegetal en el entorno del río Grío, que ha quedado sepultado bajo un dique de imponentes proporciones cerca de su desembocadura en el Jalón, en el entorno de La Almunia de Doña Godina.

«Si el ministerio no recurre es que acepta la nulidad de la obra», subrayó ayer Abel La Calle, abogado de los demandantes. «Está dando la razón a quienes se oponen al proyecto», añadió.

Ahora, desde su punto de vista, solo queda detener los trabajos en el punto en que se encuentran y «restaurar el paraje de la presa». Será esta una tarea compleja, pues el embalse está construido en un 70% y el daño causado al desfiladero de Mularroya parece irreversible pues se arrancaron centenares de árboles y se arrasó un tramo entero del río Grío. «El acatamiento de la sentencia por parte del ministerio entra dentro de lo posible», añadió La Calle.

Un canal de 13 kilómetros

Los principales escollos para el avance de la construcción de la presa, que es de material suelto y tiene una altura próxima a los 90 metros, se centran en el incumplimiento de la normativa sobre espacios protegidos.

Y también en el hecho de que los estudios de sismicidad han revelado que, en caso de terremoto, podría haber un riesgo para las poblaciones situadas aguas abajo. Por otro lado, su puesta en marcha, al tratarse de un trasvase entre cursos fluviales, requeriría la construcción de un canal de 13 kilómetros de longitud.

Ese canal, que partiría del pueblo de Embid de la Ribera, requeriría horadar laderas y montañas para que pudiera llegar a la cola del embalse, con el consiguiente riesgo de desprendimientos dada la composición del terreno y el tipo de rocas.