Miles de alumnos aragoneses se encuentran a la espera de percibir la beca concedida por el Ministerio de Educación. La demora en el pago de esta ayuda no es nueva. Es más, cada año se paga más tarde. De hecho, el año pasado ya llegó en febrero cuando, hasta entonces, la fecha límite venía siendo enero. Ahora, con febrero apurando sus últimos días, los afectados por esta tardanza se suman al descontento y malestar generalizados en todo el país.

La demora afecta sobre todo a universitarios, aunque también a otros estudiantes de enseñanzas superiores. «Esto no es nuevo, sino que todos los años se vienen produciendo retrasos continuos en las becas. Desde el 2013, esto ha sido una constante», asegura José Antonio Gadea, portavoz de Estudiantes en Defensa de la Universidad (EDU), el colectivo mayoritario entre los alumnos del campus.

Porque fue hace cuatro años cuando se produjo el sistema de becas. «Antes era mucho más directo. Había un concepto de ayudas de movilidad, matrícula y por renta y, si cumplías los requisitos, te concedían automáticamente el dinero que te correspondía, pero el nuevo sistema es mucho más complicado», explica Gadea. La introducción de otros conceptos para beca de residencia o de compensación económica y la instauración de una parte variable que no se sabe cuándo se va a dar hasta que no se conoce toda la cantidad fija de todas las becas repartidas «lo complican todo mucho más», asegura.

Esta cuantía variable responde a una compleja fórmula que tiene en cuenta la nota del expediente, el nivel de renta y el dinero disponible para repartir. «Todo se ralentiza más», subraya Gadea.

En el curso 2015-16 el ministerio concedió 6.236 de las más de 10.000 solicitudes de becas de alumnos del campus público aragonés. En total, el Estado destinó un pago de 10,7 millones de euros a esta partida.