Dos bandas de delincuentes rumanos se disputan desde hace más de medio año el control de las prostitutas de su misma nacionalidad en Zaragoza. Estas mafias, asentadas en Madrid y Barcelona, respectivamente, están integradas por personas muy violentas que ya han protagonizado incidentes graves en dos establecimientos de alterne y están siendo investigadas por la Policía.

La actividad de estos grupos en la capital aragonesa se detectó hace ocho meses. Los mafiosos recorrían los clubs donde trabajaban mujeres de nacionalidad rumana para ofrecerles su protección a cambio de una determinada cantidad de dinero.

Las reticencias mostradas inicialmente por algunas profesionales culminaron hace ocho meses en un incidente en el bar Selva de Oro, en el sector de Madrazo, donde varios delincuentes agredieron a las mujeres que estaban en el local y destrozaron el mobiliario del club. Un cliente que intentó defender a las víctimas resultó con varios cortes en la cara producidos por una botella.

No obstante, los incidentes violentos se han incrementado después de que los dos grupos de las citadas capitales empezaran a disputarse los beneficios de esta extorsión generalizada. El pasado mes de enero, miembros de estas bandas se enfrentaron a banquetazos en el club Papiro.

REYERTA Al parecer, delincuentes de uno de los grupos intentaron que las profesionales rumanas que trabajan en este local cambiaran los servicios de protección . Cuando estaban en esta labor se presentaron personas del grupo contrario y se produjo una reyerta. El establecimiento tuvo que cerrar sus puertas.

Según fuentes del sector, una persona resultó malherida. Aunque alguna testigo manifestó que el afectado había muerto, no se tiene información oficial de haya fallecido ningun ciudadano de nacionalidad rumana en Zaragoza este año.

En medios oficiales de la Policía existe un gran hermetismo sobre estos incidentes. Sin embargo, otras fuentes del Cuerpo confirmaron que hay una investigación en marcha dirigida desde Madrid desde hace varios meses, ya que las actividades de estas mafias se extienden también a otras capitales españolas.

La violencia extrema con que se desenvuelven estos delincuentes ha provocado un temor generalizado en el sector. El propietario de un conocido establecimiento de alterne de La Cartuja ya no autoriza a trabajar a mujeres de nacionalidad rumana en su local por miedo a la actuación de estas bandas.

En los locales de alterne de la periferia de Zaragoza ya actuaban bandas organizadas de ucranianos y rusos para extorsionar a sus respectivas compatriotas, pero, según fuentes del sector, nunca se había producido una situación tan grave como ahora.