El mal tiempo con una bajada de temperaturas y el fuerte viento reinante alteró las fiestas que se celebraron la noche del sábado al domingo en numerosos pueblos de la provincia de Teruel centradas en las hogueras. En Estercuel, la celebración de La Santa Encamisada, que contó con una masiva participación de vecinos y forasteros, el viento hizo más duro el recorrido de la procesión encabezada por jinetes sobre mulos, que tenían que pasar junto a 15 hogueras por calles estrechas.

Una tradición que encuentra sus orígenes en la época medieval, pero que, tras varias décadas en el olvido, en la localidad de Estercuel se recuperó en el año 1994.

El fuerte viento provocaba humo y sobre todo grandes llamaradas hacia la zona de paso de los participantes, haciendo el recorrido más peligroso que en otros años. Sin embargo, la tradicional representación se desarrolló sin incidentes reseñables.

Esta fiesta, que concluyó definitivamente ayer domingo con el baile del reinado en que los mayorales encargados de organizar la fiesta pasan el relevo a los que tendrán esta responsabilidad el próximo año, continuó pese al mal tiempo --mucho frío y fuerte viento-- con el uso de las brasas para asar carne en cenas de grupos de amigos en la calle.

BLESA Y MUNIESA Igualmente otros pueblos como Blesa o Muniesa, que encienden grandes hogueras para asar carne y cenar al aire libre, tuvieron que buscar refugio bajo cubierto por las fuertes rachas de viento que comenzaron por la tarde y que hicieron bajar las temperaturas de forma sensible. La sensación térmica era de muchos grados bajo cero.

El viento fue acompañado de algunas precipitaciones que tiñeron de blanco por la noche buena parte de la provincia y que obligaron a los equipos de vialidad invernal del Ministerio de Fomento a echar grandes cantidades de sal en buena parte del recorrido de la N-420 (Córdoba-Tarragona) para evitar que se acumulara hielo en la calzada.