Los usuarios de la carretera A-1503, en el tramo que va desde el pueblo de Gotor hasta Aranda de Moncayo, están mostrando su malestar ante la proliferación de vallas quitamiedos entre estas localidades, separadas por unos 15 kilometros. Los conductores se quejan de que las vallas metálicas crean la sensación de que la calzada es más estrecha, dado que se están colocando justo en la línea que separa el asfalto de la cuneta, en lugar de en un extremo de esta, como es lo habitual.

El alcalde de Jarque de Moncayo y presidente de la Comarca del Aranda, Miguel Ángel Garcés, señaló que son muchas la quejas que le están llegando desde que comenzaron las obras de colocación de las protecciones metálicas. La estrechez, según denuncian los usuarios, hacen que se complique la circulación e incluso que se produzcan habitualmente roturas de retrovisores y roces en los coches al pasar tan cerca unos de otros.

La colocación de las vallas quitamiedos responde a la realización de unas obras de mantenimiento de la vetusta carretera, que se están realizando desde el pasado mes de agosto.

Sin embargo, la inversión no contempla ni un solo euro para tratar de evitar que sus curvas sigan teniendo el mismo peligro para la seguridad de los usuarios ni para ensanchar la calzada, que es tan estrecha en algunos puntos que resulta imposible que se crucen dos vehículos circulando en sentidos opuestos.

MAL ESTADO

Para agravar la situación, el estado del firme sigue siendo el mismo, con parcheos que, con la llegada del invierno, se rompen por efecto de la lluvia y la nieve, de forma que reaparecen los mismos baches de siempre, según señalan los automovilistas que utilizan habitualmente la carretera.

En este sentido hay que recordar que los vecinos llevan reclamando 30 años la renovación de los 40 kilometros que separan la localidad zaragozana de Illueca del límite provincial con Soria a través de la A-1503. Además, ya se han recogido 7.000 firmas de protesta --en una población de 7.300 habitantes-- que se han llevado ante el Gobierno de Aragón, aunque por el momento parece que la reivindicación vecinal no ha sido atendida.

Algo similar a lo que sucede con la N-260 en el tramo entre el Congosto del Ventamillo y Campo, en Huesca, que también provoca problemas al sumarse, en este caso, la afluencia de esquiadores a Benasque y el paso de camiones de las embotelladoras de gaua mineral.