Aún cabe la innovación en el fondo de armario de la Virgen del Pilar, una muestra de devoción y de piezas venidas de medio mundo. Ayer incorporaba una. Un manto para quitarse la montera. No en vano su peculiaridad es que es el primero de la historia que estaba hecho con capotes de brega (de los que se utilizan para la lidia), donados por varios diestros de la tierra. Del taller de Eduardo Burgos El Patato, cascantino afincado en Zaragoza y artesano especializado en la confección de estas piezas taurinas salió el regalo, bordado por Dori, dama de la Virgen. Una iniciativa que promovió Jesús María Sahún, propietario de la taberna Tierra Maña, y que, por mediación del diestro Alberto Álvarez, involucró a otros toreros de la tierra.

El doctor Carlos Val-Carreres, cirujano (y obrador de milagros, dicen) de la plaza de la Misericordia, se encargó de hacer la entrega del esperado mando, tras un oficio al que asistieron numerosos representantes del mundo taurino, gentes de lo más variado... Hasta invitaron al Rey y a Montserrat Caballé (al parecer, aceptó pero, por un accidente doméstico, no pudo ser). Aún así, no faltó expectación. Muchas cámaras para captar el momento y a sus testigos, como los diestros aragoneses Imanol Sánchez, y Jesús Arruga. Ellos, que por una vez, veían el capote desde la barrera. Ellos que se sumaban a los olés de una Virgen que también luce arte y tronío.