Manuel Almor Moliner será el administrador diocesano de la Archidiócesis de Zaragoza hasta que se nombre al nuevo arzobispo en sustitución de Manuel Ureña, quien presentó ayer su renuncia por motivos de salud.

El colegio de consultores de la archidiócesis, formado por diez sacerdotes designados legítimamente por el obispo y presididos por el consultor de más edad en ordenación sacerdotal, ha elegido esta tarde por votación a Manuel Almor, indican fuentes de la archidiócesis en una nota.

El administrador diocesano tiene como responsabilidad mantener la vida diocesana durante el periodo de "sede vacante" sin cambiar el rumbo de la acción pastoral.

El nuevo administrador diocesano debe actuar según el criterio de que "mientras la Sede esté vacante, no se debe innovar nada", es decir, que no es posible cambiar el rumbo de la vida y acción pastoral, pero sí se ha de mantener y activar la vida diocesana.

Además, no puede realizar ningún acto que sea susceptible de causar un perjuicio a la comunidad diocesana y cesa en su cargo cuando el nuevo obispo toma posesión de la diócesis.

Manuel Almor nació en Herrera de los Navarros (Zaragoza) el 6 de abril de 1942 y recibió la ordenación sacerdotal al servicio de la archidiócesis de Zaragoza el 26 de marzo de 1966.

Licenciado en Teología, fue director durante muchos años de la reconocida Obra Diocesana Santo Domingo de Silos y delegado episcopal de Enseñanza.

Durante los últimos años ha compaginado el trabajo de deán-presidente del Cabildo Metropolitano con el de vicario general del arzobispado.