Médico-fotógrafo

Es médico, pero como muchos galenos, amante de las artes. Manuel Micheto es un apasionado de la fotografía y, como tal, acaba de editar el libro Calatayud, la ciudad y su entorno , editado por el Centro de Estudios Bilbilitanos, que supone ya el cuarto ejemplar de una colección.

--¿Cómo llega a la fotografía un médico?

--Llegué muy temprano, a los 14 años, cuando los Reyes me trajeron una cámara, una Canon. Mi padre ya era muy aficionado.

--¿Ya comenzó por los paisajes?

--Mira, siempre se me ha dado mal el reportaje o el retrato porque, en el primer caso, dependes de una instantánea rápida y, en el retrato, tienes que perder tiempo con la preparación de la iluminación. El paisajes es más reposado, digamos que no molestas a nadie, todo depende de ti, del tiempo que quieras invertir.

--Calatayud tiene un peligro evidente y es que en cualquier sitio que plantes la cámara te sale una foto más o menos bella.

--Sí, es difícil, es un reto porque es una ciudad muy fotografiada. Pero eso es lo interesante. Yo me he pateado la ciudad mil veces y me conozco todos los rincones y, de pronto, me sorprendo ante una fachada que tiene una luz distinta a como la recordaba. Calatayud es un ser vivo para un fotógrafo.

--Se trata entonces de recrear.

--Calatayud tiene las fotos obligadas, como las tiene Albarracín. El reto es que no salga lo de siempre.

--En sus fotografías no aparecen nunca seres humanos.

--No. Esa es una dificultad añadida. He querido que sólo apareciese la ciudad, sin coches ni personas.

--¿Se propone más retos para el futuro?

--Sí, aunque no puede hablarse de un trabajo artístico. Estamos rescatando fotografías antiguas para evitar su desaparición. Yo tengo recolectadas unas 350, que las voy restaurando con los programas digitales, con el fin de publicar unas 60. Incluso vamos a colocar al lado de una foto antigua su actual perspectiva, para que se vea la evolución de ese edificio o esa calle.

--¿Odia las cámaras digitales?

--No, qué va. Trabajo tanto con analógico como con digital, aunque en el libro tan sólo habrá un par digitales. Las actuales cámaras son muy cómodas y te permiten comprobar el resultado de inmediato. Eso es maravilloso. Lo que no hago nunca es manipular la fotografía desde un programa informático.

--¿Vamos a ver esas fotos en una exposición en Zaragoza?

--Creo que no, porque no se ha hecho con ninguna de las fotografías de los otros libros. Ahora no sería correcto. Lo que sí estamos mirando es presentar los cuatro libros conjuntamente en el palacio de Sástago, e incluso ofertarlos juntos.