La marca Hecho en los Pirineos se ha consolidado como una herramienta válida para la promoción turística. O al menos así se desprende de la jornada para valorar las actividades realizadas alrededor de esta denominación que se celebró ayer en Huesca. Los promotores de las distintas iniciativas para la comercialización de productos gastronómicos elaborados en el Pirineo explicaron sus proyectos y se refirieron tanto a los atractivos existentes como a las carencias identificadas.

El portavoz de la Escuela de Negocios del Pirineo, Jorge Asín, habló sobre la viabilidad de la comercialización de productos agroalimentarios artesanos de los Pirineos en ciudades alejadas del propio territorio como Zaragoza, Madrid, Toulouse y Burdeos.

Entre las conclusiones de su estudio, se lamentó que la presencia de los productos agroalimentarios artesanos del Pirineo en la ciudad de Madrid «es prácticamente inexistente» y que únicamente se ha podido determinar la existencia de distribución en vino, longaniza de Graus, trenza de Almudévar y caviar Persé.

Respecto al perfil del consumidor habitual de estos productos, Asín señaló que se sitúa entre los 35 y 51 años de edad, y que la media está en torno a los 42 años.

Según explicó, este consumidor busca que los artículos a adquirir procedan directamente del productor, así como una relación y trato personal con el vendedor y la cercanía con la vivienda habitual.

El próximo congreso sobre este tipo de productos turísticos se celebrará en el Palacio de Congresos de Huesca del 23 a 26 de marzo de 2019, con temas como la cocina de montaña, la fruta de montaña, la producción agroalimentaria, y la restauración de proximidad y el autoabastecimiento.