Entre 150 y 160 chotos, es decir, el macho de la cabra castrado, recorrieron ayer las calles de Huesca para hacer un homenaje a la trashumancia y para visibilizar el rechazo de los ganaderos participantes a la presencia del oso y el lobo en el territorio aragonés.

Estos animales, que se utilizan habitualmente para guiar al resto del rebaño, comenzaron su recorrido a las 12 del mediodía en la calle Doña Sancha y pasaron por varias calles y plazas de la ciudad, como la céntrica de Navarra, para concluir de nuevo en la vía en la que comenzó la marcha.

Los chotos, todos de razas autóctonas aragonesas, estuvieron acompañados durante todo el trazado por cientos de vecinos, que presenciaron esta actividad organizada por la Plataforma contra la presencia del lobo y del oso y que contó con la participación de decenas de ganaderos de las provincias de Huesca y Zaragoza, provenientes de lugares como Arén, Pastriz o San Mateo de Gállego.

En total, cerca de un centenar de miembros de esta plataforma se desplazaron a la ciudad para desarrollar un evento al que colectivos ganaderos como UAGA o UPA arroparon con su apoyo.

ESCAPE

El buen tiempo acompañó la actividad, que concluyó sin mayores contratiempos, más allá de la escapada que protagonizaron tres chotos jóvenes al principio del recorrido y que se pudo resolver rápidamente.

Precisamente, una de las mayores dificultades que planteaba la propuesta -que el año pasado se celebró en Sariñena, en ese caso, contra la presencia del lobo- era el control de estos animales, puesto que no están acostumbrados a marchar juntos y en una ciudad como Huesca, sino como guías de ovejas. De hecho, la marcha es considerada por la propia organización como la mayor concentración de chotos que se ha realizado en España.

El ganadero del municipio ribagorzano de Arén y portavoz de la plataforma, José Luis Castell, afirmó que la actividad fue un «homenaje a la trashumancia, a la ganadería extensiva, que se está muriendo, y al mundo rural». Además, Castell recalcó que la marcha fue una «protesta contra la presencia del oso y el lobo», un hecho que, según juzgó, supone «el peor reto de todos» para estos ganaderos. Precisamente, muchos de los miembros de la plataforma portaban camisetas con lemas contrarios al lobo en la comunidad.

«No queremos indemnizaciones, sino que no haya depredadores, queremos estar tranquilos», destacó el portavoz, quien consideró que, en vez de ofrecerles soluciones, desde la administración «cada día hay más burocracia y más problemas».

«Para ellos, la única medida es darnos dinero», aseveró, algo que juzgó como negativo, puesto que ha llevado incluso a dividir a los ganaderos en lo relativo a las indemnizaciones.

«No podemos volver a la prehistoria, a volver a dormir con las ovejas. Queremos continuar viviendo de nuestros rebaños», apostilló. De hecho, este ganadero ribagorzano se mostró contrario a la reintroducción de osos o lobos y abogó por que deje de haber en el territorio aragonés. «Están apostando más por ellos que por nosotros», se lamentó.

Uno de los últimos ataques del lobo en la comunidad se remonta al 27 de marzo, cuando el cánido acabó con tres cabras y siete ovejas en la sierra de Tardienta. La plataforma mostró su rechazo a este hecho y solicitó que la administración escuche a los ganaderos.